9. Fantasías

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Edgar no sabía cómo sentirse.

¿Que debería pensar al respecto? Eran sólo amigos después de todo, y aunque los últimos días se estuviese cuestionando respecto a algunos "raros" comportamientos de Fang hacía él tampoco quería apresurarse a deducir algo, aún más al ver que este tenía novia. Quizá no eran de la típica pareja que se tomaban de la mano para caminar, posteaban fotos juntos o compartían camisas o ese tipo de cosas, pero por algo estaban juntos, ¿no?

Entonces.. ¿que era aquel escalofrío que le recorría por la espalda al ver el resultado?

—Vaya, vaya, mira que suertudote —escuchaba muy a lo lejos a Buster, reírse y balbucear otras cosas que definitivamente no le importaban.

El chico de cabello azabache se levantó con el estómago revuelto, pero ni si quiera era por estar ebrio. Simplemente abandonó la sala y camino con prisa hacia el baño, sentía una especie de ataque de ansiedad.

<¿Por qué?, ¿por qué ahora..?> pensó.

Por otro lado, en la sala, muy pocos habían tomado a consideración la ausencia de su amigo emo, incluso Colette no se había percatado al estar conversando con Maisie sobre cosas como que era mejor, si servir el cereal y luego la leche o servir la leche y luego el cereal, un tema algo random proporcionado por la, un poco ebria, albina.

Y los tres restantes tenían reacciones tan distintas, por un lado el rubio no paraba de molestar a Fang, mismo que aún no comprendía lo que pasaba y por último el pelirrojo amante de las bromas por primera vez se le notaba algo serio, cosa que duró poco, pues aunque nadie lo noto no quería que pensaran que aquello le afectaba.

—Que te puedo decir, hoy traje los calzoncillos de la suerte —echo una carcajada y movió las cejas tratando de verse "seductor" mientras le dedicaba una mirada al pelimorado.

—Puaaaj, no tenías que decirme eso —Buster fingió desagrado para después reír tontamente junto al pelirrojo.

Fang por fin miró que la punta de la botella dirigía hacia un lugar que no estaba ni apuntando a Chester ni a Buster, le faltaba algo. Frunció el ceño y miró al de ojos verdes.

—O-oigan esto es abaurdo —expreso arrastrando las palabras para levantarse del piso y buscar algo, o alguien.

—Reto es reto, andaaa, ¿tienes miedo? —amenazo Chester levantándose a la par con él.

Algo no le cuadraba al karateca, no era miedoso ni faltaba a su palabra pero no entendía porque Chester se había proclamado ganador. Suspiro de mala gana y con sus, cada vez más cansados, ojos busco la ayuda de su mejor amigo Buster, este parecía sólo encogerse de hombros y alzar la mano en forma de like.

—Ash, no te tengo miedo, payaso... —rodó los ojos, lo tomó de la muñeca y lo guió hacia una especie de bodega que tenía al lado de la sala, no era tan grande, cabían como máximo tres personas y ahí solía guardar cajas con cosas que aún no acomodaba en su departamento, por lo que el espacio se reducía aún más.

Ambos chicos entraron a aquel cubículo, cerró la puerta tras de sí y Fang quiso encender el foco, al hacerlo recordó que el apagador hacía falso, chasqueó la lengua recordando la vez en que descubrió aquella falla y su única respuesta había sido "será problema para el Fang del futuro".

Pues bien, su futuro yo las había pagado más pronto de lo que pensaba.

Por "suerte" tenía un poco de luz del exterior que se colaba por lo alto de una pequeña ventana que adornaba como parte del edificio. No veía tanto, y más aún con la deficiente visión por el alcohol, pero al menos distinguía que aquel chico, que por cierto era unos 5 cm más alto que él, no sobrepasara su límite.

Nadie como tú. [FangxEdgar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora