6. Un sol

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No había parte favorita para el pelinegro que no fuese aquella en donde se olvidaba de la escuela por un tiempo para concentrarse en otras cosas, aunque su mamá se preocupara por él tampoco le quitaba la ilusión de tener un trabajo de medio tiempo mientras no asistía a la escuela.
Por otro lado Fang simplemente aprovechaba el tiempo para visitar a sus padres, salir con sus amigos o para simplemente tomarse un tiempo para él mismo, aunque después de la visita de Edgar sentía que el despertarse ya no era igual y aquello simplemente lo asustaba aún más.

¿Él volverse dependiente de alguien que ni si quiera le importa verlo?

El chico de alegres ojos grises casi oscuros miraba esta vez al cielo estando en aquella banca en donde había "rescatado" a su querido emo, aunque quizá este lo había salvado mucho antes a él.
Suspiraba liberando aquella opresión sobre su pecho para después enfocar sus ojos hacia sus piernas, traía un pantalón cargo color morado ciruela, y para aquellas épocas de invierno traía puestero sobre sí su chamarra blanca con gris de pulpo que le traía "suerte". No es como que la ocupara para un día común y cualquiera pero definitivamente amaba vestirse con esa gama de colores naranjas, morados y algún que otro toque de azul marino.

Prendió su teléfono, miró la hora y se quedó pensando por un rato, la situación que vivía estaba volviéndolo loco y es que no faltaba mucho para que el cumpleaños de Emz sucediera y por ende sus ilusiones nuevamente decayeran, hasta este punto el creer que en algún momento Edgar pudiese sentir lo mismo por él le causaba gracia, era como un reír para no llorar.
Quizá en otro universo si le correspondió y fue felizmente un ciervo para el bienestar de su amante, fundiéndose en una burbuja donde solo existían los dos, no Emz, no Janet, no nadie ni nada que rompiera su lazo.

¿Pero por qué no en este?

Apretó inconscientemente el teléfono hasta que lo sintió vibrar y el tono de llamada se hizo presente, lo miró con algo de decepción por pensar que sería él, nuevamente quería reír por lo tonto.

—Hey, Buster, ¿que sucede? —incluso su forma de contestar lo delataba, no era un buen día.

" Fang, ¿que esperas? "

—Hum.. ¿de que hablas?

" Sabes bien, sobre lo que platicábamos el otro día, ¿dejarás que pase otro año? "

Frunció los labios en una mueca, no lo podía ver pero Buster que era su mejor amigo sabía que aquel prolongado silencio del pelimorado sólo significaba que había realmente tocado su orgullo, y no buscaba ofenderlo, buscaba hacer que no se rindiera tan pronto.

"Como sea, no es algo que debamos hablar por teléfono.. voy camino a tu casa " retomó la palabra el rubio al otro lado de la línea, con un tono de voz  tranquilo.

—No estoy ahí.

"¿No? Pues que esperas para decirme, enano, compre tu comida favorita así que no me puedes decir que no"

Una pequeña risita se escuchó por la línea.

A Fang no le quedó de otra más que explicarle su dirección, no por la comida sino por las nobles intenciones de su mejor amigo, de su casi hermano, una sonrisa nostálgica se escapó en sus labios, aunque al pelimorado lo consideraban muchos como un "sol", para él la estrella que más brillaba era el rubio de alta estatura, que tiene una actitud contagiosa y siempre encontraba la manera de que te sintieras contento a su lado.

Buster definitivamente era su sol, no estaba de más decir que su aspecto le aumentaba puntos, desde su sedoso y brillante cabello hasta la forma en la que un abrazo suyo te hacía sentir protegido y te brindaba calidez.

No tardo mucho en que llego a su encuentro, Fang se levantó de su asiento momentáneamente para saludarlo con un apretón de manos aunque después fue jalado por la fuerte mano del contrario para encerrarlo entre ambos brazos en un afectuoso abrazo, Fang no había dicho nada más hasta el momento y trato de brindarle la misma intensidad en aquel lazo. Al paso de unos minutos se separaron y Buster sólo le dio una palmada por los hombros, otorgándole también una perfecta sonrisa.
A diferencia del pelimorado, el rubio portaba unos pantalones rectos de color verde pantano y arriba traía un gran abrigo de cuero color café que dejaba a la vista la playera blanca que traía debajo.

Parecían la primavera y el invierno juntos.

—Bueno no me mires tanto y comamos —dijo Buster rompiendo el hielo con su característica risita.

Fang contagiado también sonrió y ambos se sentaron cada uno en un extremo de aquella banca pues al medio colocaron la comida, era sushi del restaurante favorito del asiático.

—No entiendo, Bus.. sabes, quizá debería olvidar lo que siento, ¿y si de verdad es tonto? —a pesar de tener aquel salmón que tanto le encantaba frente suya simplemente lo observaba con desgane y lo comía con lentitud, no parecía tener tanta hambre.

—¿Qué idiota dijo que lo que sientes es tonto? Porque mi cinta Azul y yo estaremos encantados de conocerle —arqueó una de sus pobladas cejas ante el comentario de su amigo.

Fang negó con una pequeña sonrisa.

—Sólo pensé mejor las cosas.

—Y es por eso que estoy aquí —se cruzó de brazos y alzó el pecho en una pose de "héroe" —Es decir, ¿tú el invencible Fang rindiéndote?

Nuevamente apenado el aludido soltó una risita sarcástica y movió su cabeza, él quería hacer feliz a muchas personas pero aveces ni si quiera podía ser feliz el mismo, y la última vez tuvo una desagradable experiencia con la peli rosada , era la segunda vez que ella se sentía mal por su culpa y no podía con eso.

—Tengo que contarte algo..

Buster pensó que aquello podrían ser buenas noticias pero no estaba seguro de si tenían el mismo concepto de algo "bueno".

Entonces Fang le contó a detalle aquella noche en donde estaba con Edgar en su departamento, teniendo una amena noche como cualquier otra y como después de regresar de haber dejado a Janet el ambiente simplemente había cambiado. Pero lo que más le llamo la atención al rubio fue lo que el pelimorado dijo a continuación.

—Cuando alcance a Janet en la parada de autobuses ella.. estaba llorando, no entendía porqué, me sentí como la peor persona de todas por haber causado aquello que la tomé de la mano tratando de que me viera, que su mirada me explicara lo que sus palabras no harían. —tomó una bocanada de aire, tomó un poco de agua que traía consigo y se preparó para proseguir —Entonces comprendí que ella seguía sintiendo cosas por mí, a pesar de todo este tiempo, a pesar de que ella sabe lo mucho que quiero a Edgar.

En cada palabra que su amigo soltaba Buster fruncía el ceño, le impacientaba un poco que no le dijera directamente el porqué se rendía tan pronto sin embargo  continuo dándole tiempo al otro chico.

—Por un momento me vi reflejado en ella y entendí su malestar.. estar enamorado, saber que no serás correspondido y aún así seguir creyendo ciegamente en que algún día el resultado será distinto.

El rubio de larga cabellera en parte le daba la razón, pero tampoco entendía cómo esperaba algún resultado si al menos Fang no había puesto en claro sus sentimientos hacia el otro chico, sabía que tenía miedo al rechazo pero mejor intentarlo y morir en el intento a nunca haberlo intentado y morir sabiéndolo, ¿no?

—Entonces le di una oportunidad.

Hasta ese punto dejo de comprender su lógica y en cambio casi se atraganta con el arroz.

—¡¿Una oportunidad?! Pero qué cosas dices —no estaba enojado, tampoco confundido, la palabra correcta sería: impresionado.

Fang tampoco lo asimilaba del todo, habían pasado al menos 12 días desde entonces.

—Estoy saliendo con Janet.




*

N/A: algo corto:( valoro a las personitas que votan y leen, ¿les agrada la historia hasta aquí?
Su opinión también me importa y me anima a seguir con la historia <'3

Nadie como tú. [FangxEdgar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora