13. Dos hamburguesas con todo

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Una nueva semana, una nueva oportunidad para ambos chicos que desde aquella ocasión en el parque habían comenzado a conversar un poco más, incluso aquella noche Edgar pasó el tiempo en la casa de Fang hasta el día siguiente, cosa que ya no sorprendia a su madre pues sabía de lo unidos que eran estos como amigos. Incluso hasta pensaba que un día de estos su hijo iría a vivir con aquel chico de pelimorado y la dejaría sola, al bromear de aquello con Edgar este simplemente negaba con un gran rubor en todo su rostro y le cambiaba el tema de manera fugaz.

Era lunes por la mañana y la última semana de clase en la gran Brawl Academia. Por un lado estaba Fang quien se encontraba alistándose desde hace una hora, no sabía si estaba listo para afrontar a todos aquellos que preguntaran el porqué de su ausencia pero aquello era algo que ocultaba bajo una amplia sonrisa tratando de inspirar confianza en si. Trataba de tomarlo como algo "normal" porque después de todo no era el presidente o alguien tan famoso entre el alumnado como para preocuparse de más.

Mientras se probaba distintas camisas y pantalones a juego un interesado pelinegro lo veía sentado desde la cama, con el cabello desordenado y unos ojos que de momento se cerraban de cansancio. Se limitaba a verlo en silencio sin tener el más mínimo afán de levantarse y hacer lo mismo.

—Ya sé que soy muy guapo y es inevitable verme pero deberías alistarte para la escuela, corazón. —comentó con eje de broma y coqueteo mientras lo observaba desde el reflejo del espejo y seguido le lanzaba una sonrisa igual de juguetona.

El azabache no tardó en soltar un chasqueo y rápidamente desvió la mirada hacia otro punto de la habitación que no fuese el contrario.

—Ni siquiera lo combinas bien, "señor guapo" —aunque su voz sonó ronca y tenía un eje de seriedad aquello lo había dicho con el objetivo de devolverle la "broma" a Fang.

—Oye! Al menos combino más de dos colores —Fang se volteó a verlo y le sacó la lengua.

Edgar no pudo defenderse, no era su culpa que solo le gustaran dos colores más que otros o que todos fuesen tonalidades frías, bufo y se levantó de la cama a regañadientes con dirección al baño que tenía el propietario cerca de su habitación.

Al regresar se topó con el chico de destelleante energía reeligiendo una de las camisas que ya se había probado antes, el pelinegro simplemente se acercó hacia el por detrás y recostó su frente sobre la espalda del vanidoso chico, mismo que se sobresaltó dando un pequeño saltito y trató de verlo por el rabillo del ojo.

—Hey, ¿que sucede, Ed? —Fang se quedó inmóvil pero su voz salió instintivamente preocupada.

—No hay que ir —musitó aún sin cambiar su postura. Sus manos picaban por abrazarlo pero a la vez su timidez se lo impedía.

El pelimorado emitió una risita lo que hizo vibrar con ligereza su cuerpo, no pasó desapercibido por Edgar quien poco a poco acercaba una mano a la contraria, con toda la vergüenza del mundo hasta que logró pasar la yema de sus dedos por los nudillos de Fang.

—¿Y cuál es nuestra excusa? —comentó calmado, dándose cuenta de la mano que lo acariciaba pero sin decir nada al respecto. Una sonrisita se asomaba en sus labios, le gustaba el tacto contrario.

—No hay.

Fang se apartó de un confundido chico que levantaba su oscura mirada a una un poco más clara, conectando por unos segundos hasta que el más alto acortó la distancia envolviendo al contrario en un abrazo.
Desde que ambos habían confesado sus sentimientos y aclarado todas sus dudas los abrazos o muestras de afecto no se habían detenido, aunque era un contacto tímido y reservado cada que sucedía ambos podían sentir aquella electrizante emoción recorrer por todo su cuerpo y el rápido bombear de su corazón que no podía faltar, aún más proviniendo del pelinegro que justo ahora lo volvía a experimentar, después de unos segundos de trance atinó a rodear de igual forma la cintura del extrovertido y apoyo su mejilla sobre su pecho viendo hacia la izquierda pero cerrando los ojos.

Nadie como tú. [FangxEdgar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora