14. Siempre tuyo

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Durante el receso se encontraba un grupo de amigos sentados en una de las mesas de la cafetería degustando de sus propios alimentos, no eran demasiados pero Fang adoraba poder compartir aquellos momentos de felicidad y bromas con ellos, incluso ahora los pocos amigos de Edgar se habían unido a la conversación que aquello sólo le ponía aún más contento.

—Por cierto, Fang, que raro que convencido an Edgar de comer con nosotros —comentaba con eje de curiosidad un rubio de lentes oscuros mientras procedía a meter un pedazo de manzana a su boca.

A un lado de Buster estaba Maisie quien apoyaba aquello y Edgar se encogía en su lugar, estando en medio de Fang y de Colette.
El pelimorado lo observó de reojo y colocó su mano sobre el muslo del azabache palmeando con ligereza queriendo darle ánimos, sin dejar de sonreír amable les contesto.

—No lo convencí, él quiso venir —volteó a ver a su amado para que este confirmara su comentario. —Y estoy feliz por ello.

Simplemente asintió con timidez y formó una pequeña sonrisa queriendo verse confiado como lucía Fang, sus miradas se encontraron por unos segundos que para ellos se sentían eternos y nuevamente cayó en cuenta de lo atrapado que se sentía ante aquella mirada tan clara que lo absorbía y lo llevaba a un mundo distinto, uno donde solo existían los dos y todo era más que maravilloso, sólo ellos dos compartiendo sus vidas y formando nuevos momentos, sin nadie más.

Aquel contacto visual no pasó desapercibido por algunos miembros de aquella reunión y el ya conocido sonido similar al de una ambulancia para molestarlos a juego comenzó en cadena por las chicas y los chicos.

—Ay, par de tórtolos, la verdad ya se habían tardado —añadió Maisie con una sonrisa mientras se cruzaba de brazos y asentía con la cabeza apoyándolos.

—Siiiii, Edgar se hizo el difícil pero al final no pudo ocul-

Colette quien se quedó a media confesión fue interrumpida por la mano de Edgar sobre su boca, lo miraba con una pizca de vergüenza hacia sí mismo, lo que menos quería era que su mejor amiga lo expusiera delante de los demás y de su novio.

—Lo que importa es el presente —dijo el pelinegro en cambio y sorpresivamente la mayoría le dio la razón.

—Sip, no hay mejor presente que el que seamos noviesitos —continuo Fang con sus manos sobre sus propios cachetes realizando un gesto de ternura para después abrazar por los hombros a un sonrojado pelinegro.

Los "awww", "que cursis", no tardaron en salir pero había una opinión que destacaba por sobre todas, aunque esta fuese negativa, pues un cierto pelirrojo que iba pasando por ahí no pudo evitar escuchar aquello y se acercó por "curiosidad".

—Heeey, amigos. ¿Que celebramos? —exclamó con una gran sonrisa fingida en sus facciones mientras tomaba asiento a un lado de Buster metiéndose entre medio de manera "normal".

—Fang y Edgar son novios —contesto Buster con tranquilidad tratando de quitarse el brazo que había puesto Chester encima suya.

El recién llegado los volteó a ver y echo una carcajada sin pena.

—Que buena broma, pensé que esas las hacía yo! —limpio con su pulgar sus lágrimas inexistentes fingiendo haberse reído hasta lagrimear.

Todos se comenzaron a sentir incómodos, entre ellos una chica de tez morena y cabello morado que sin pena lo confronto.

—Cielos, ¿qué te pasa, Chester? No es ninguna broma —comentó con una mirada seria.

—Si no es una broma quiero que se besen —ignorando ligeramente a la chica, se levantó con determinación y desde su lugar les apunto "retador".

Nadie como tú. [FangxEdgar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora