Anatomía de Grey

¡ESE ES MI PACIENTE!

Ya era por la mañana y estaba cambiándome en los vestuarios, dentro de 40 minutos empiezan mis rondas.

–No sabía que estaba casado, cuando apareció su mujer, la dejó, está hecha polvo–dice una interna rubia que no conozco.

–¿Qué esperabas?, se lo merece por liarse con un especialista, es una trepadora–dice otra chica que tampoco conozco.

–Es el Macizo, ¿te has fijado detenidamente en él?, es casi perfecto–vuelve a hablar la primera chica.

–A mi me da pena, trabaja aquí con él, y ahora lo saben todos, no va saber donde esconderse, está en boca de todos–dice otro interno.

–¿Qué tal si os metéis la lengua en el culo y os centráis en vuestra vida?–digo saltando, no voy a dejar que hablen de ella mientras no esté aquí y no pueda defenderse.

–¿Qué acabas de decir?–dice la rubia viniendo en mi dirección.

–He dicho que te metas la lengua en...–digo acercándome más a ella pero Alex me tapa la boca con su mano.

–No ha dicho nada, sigue con lo tuyo–dice con una sonrisa irónica y me lleva a otro lado de los vestuarios–No puedes ir buscando pelea Rocky, te van a odiar todos.

–¿Justamente me lo dices tú?, gracias por tu gran consejo, no iba a dejar que hablaran de ella sin que pueda defenderse–digo yendo hacia mi taquilla y nos encontramos a Meredith.–¿Meredith desde cuando estás ahí?

–Desde que le has dicho a esos que se metieran la lengua en el culo–dice sin mirarme con la mirada perdida en su taquilla sin mover ni un músculo–Gracias.

–Bajar, Bailey os va matar como lleguéis tarde–dice Alex saliendo.

–¿Y tú a donde vas?–digo pero no me responde.

–Hay que hacer algo, todo el mundo habla de Meredith, es como un animal, un panda al que todos quieren ver–dice George comiendo un plátano.

–Esta mañana ya había unos internos hablando de ella–digo.

–Ni se te ocurra decírselo, le encantan los pandas–dice Izzie bebiendo de su café y Cristina se ríe.

–Podríais ser tú y él, si supieran que estás con...–dice George mirándola mal refiriéndose a Burke.

–Retíralo–dice Cristina señalándolo con el dedo.

–No, no pienso retirarlo, solo digo que hay que intentar animarla–dice mirándola serio.

–No te preocupes–digo.

–Está controlado–dice Izzie.

–Muy controlado–dice Cristina y George nos mira mal.

–¿Qué estáis tramando?–nos pregunta.

–Nada–decimos las tres a la vez.

–¿Y Karev?–pregunta Bailey llegando de la nada, dice mientras le da una arcada–Este embarazo me está matando.

–¿Usted está embarazada?–digo mirándola con confusión–Felicidades doctora Bailey.

–En alguna parte no besando a alguien–dice Izzie con despecho y me sale una sonrisa involuntaria.

–Vamos–dice Bailey para que la sigamos y George va detrás de ella, pero nosotras nos apartamos y cogemos a Meredith.

–Después de las rondas vamos a enseñarte algo, te gustará–dice Cristina mientras Izzie y yo sonreímos, pero no le hace especial ilusión.