Capítulo 12

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Ahogó un sollozo. No podía controlar los espasmos de su cuerpo por el hipido. Parecía que comenzaba a calmarse, pero la escena rebobinándose una y otra vez en su mente provocaba se echara a llorar otra vez. Sentados en una de las mesas más alejadas de le heladería, Taemin y Baekhyun intentaron consolarlo.

Jimin hizo un puchero cuando Taemin regó varios besos por su mejilla magullada, comprobando de vez en cuando su estado que cada vez perdía más irritación. Baekhyun se aproximó con una enorme copa de helado entre las manos, esperando impresionarle y de ese modo dejase de estar triste.

Sentándose a su lado, lo atrajo hasta sus brazos para apapucharlo. Besó su coronilla y le dio suaves golpes en la espalda.

Ya, ya, ya, mi bebito precioso. Todo estará bien.

Pero nada estaría bien, Jimin supuso, aferrándose a la camiseta que le absorbía las lágrimas. Cómo podría estarlo. Había perdido a sus dos mejores amigos por una tonta discusión que se salió de control. Jamás olvidaría el desprecio que Hoseok le arrojó a través de esos ojos tajantes.

Una parte de él quería volver. Forzarlos a reunirse y hablar de simplemente todo, porque no estaba dispuesto a tenerlos lejos. Su lado lógico le decía que estaba bien llorar,

permanecer ahí y lamentarse. Después de todo, lo más sano sería brindar a cada uno su propio espacio para reflexionar al respecto.

Miró a los dos hombres que le acompañan y se sintió aliviado, abrumado por la preocupación que le brindaban. Ellos realmente eran buenas personas, más alocadas que él, pero buenas personas finalmente.

Taemin y Baekhyun fácilmente pudieron haber hecho de todo esto una tortura. Llevarlo al centro comercial y no reparar en lo mal que se sentía. Prefirieron llevarlo a un sitio tranquilo, animarle a comer algo que le refrescara el alma y lo sentaron en medio de los asientos para que ambos pudiesen abrazarle.

Anda, el helado te hará sentir un poquito más tranquilo

—Taemin tomó una cucharada del helado de chocolate y la guio a los labios temblorosos de Jimin—. Vamos, di ah...

Di ah... Jimin—ah —Baekhyun se sumó, haciéndole cosquillas.

Jimin se retorció entre esos dedos que le picaban el costado, carcajeándose. Llevaba los ojos brillosos e hinchados. Sus mejillas abultadas y sonrojadas le volvían excesivamente adorable.

Consciente en que ese par no se detendría hasta obtener lo que querían, Jimin abrió la boca. El helado se derritió sobre su lengua tibia, el dulzor glacial acarició su paladar y tragó,

gimiendo complacido. Abrió nuevamente la boca y dejó que le complacieran, alimentándolo a través de consuelo.

Con el helado casi derretido en la mitad de la enorme copa, Jimin se sintió mucho mejor. Había dejado de llorar y el cansancio le hacía suspirar de vez en cuando.

¿Sabes? —Baekhyun comentó—. Hace años tuve una pelea horrible con mi hermano. Yo había tomado un par de prendas prestadas de su armario sin avisar y rompí su pantalón favorito. Nos agarramos a golpes y lo lancé por las escaleras.

Jimin le miró en silencio, sorprendido. Él había sido demasiado cercano a su hermano para comprender. Nunca hubo algún tipo de discusión, pero tal vez se debía al hecho que de Namjoon le llevaba por once años de diferencia. Baekhyun tenía un mellizo, era posible esa rivalidad.

Se fracturó una pierna y tuvo que llevar una bota ortopédica por tres meses —Continuó—. Me sentí realmente fatal. Por empujarlo y por ver que a causa de mi furia salió lastimado. Sin embargo, aunque haya actuado acorde a mis impulsos, no dejé de amarlo en ningún momento. Quiero que entiendas que estas cosas suceden,

HASTA QUE TE CONOCÍ ✿ KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora