Army Of Me de Björk retumbó en los ventanales de su habitación. La explosión instrumental le motivó a menear levemente las caderas a medida que se metía un Valium en la boca, bebiéndose todo el Jack Daniel's del vaso para compensar la sequedad.
Había mantenido la botella de whisky escondida para ocasiones especiales como esas. No la tocaba casi nunca, en realidad. La había comprado en algún punto de su desconcierto, donde las ansias por emborracharse le habían consumido. Discutir con mamá por el hombre que le trajo esta mañana a casa era ciertamente una constante.
Al parecer, ella era demasiado ingenua o bastante malvada para quizás siquiera entender y meditar al respecto. Era un hombre casado. Un hombre que aún vivía con su familia engañosamente perfecta. Tenía tres hijos y dos de ellos estudiaban en la misma facultad que él. Jimin tenía que toparse con los gemelos a diario. Los había saludado un par de veces. Y era definitivamente lo más incómodo que debía experimentar. ¿Qué podría decirles? Hey, mamá no llegó anoche, ¿Te preparó el desayuno? Porque a mí ni siquiera me dejó dinero para comprar leche.
Jimin tenía cinco años cuando despertó en medio de la madrugada. Llovía y los truenos amenazaban con reventar los ventanales. Para ese entonces, la relación de sus padres estaba rota. Papá pasaba la noche en la clínica veterinaria en un intento por no discutir y Namjoon estaba sumergido en la delincuencia. Mamá no estaba allí, se había ido con ese hombre.
El invierno concluía y Jimin había cumplido los siete años. En la escuela habían preparado un festival para las madres. Esa tarde, Jimin fue el único niño que se había quedado esperando frente a la puerta con el regalo que, con tanto esmero, escogió para obsequiarle. Mamá lo había dejado plantado, se había ido con ese hombre.
Se aproximaba el cumpleaños de Namjoon y Jimin tenía nueve años. Había insistido toda la mañana para ir a comprarle un regalo. Mamá accedió, pero primero propuso hacer una parada en un hotel. Debía juntarse con una persona muy importante. Esperó paciente y emocionado en el lobby con una bolsa de dulces entre las manos. El cielo se oscurecía y el sol se apagaba entre las montañas cuando ella abandonó la habitación y Jimin no pudo ir a escoger el regalo. Mamá había preferido quedarse con ese hombre.
Jimin tenía trece años cuando llamaron a la puerta la madrugada del sábado. Era verano y el calor se sentía insoportable. Los golpes eran secos sobre la madera y amenazaban con tirarla. Había saltado de su cama sin calzarse, siguiendo a papá por las escaleras. Entonces, todo lo que vio fue sangre. Un líquido viscoso y bermellón. De algún modo pudo olerla, percibir su hedor metálico. La camiseta sucia de Namjoon estaba perforada por las balas. Esa noche, su hermano mayor murió en sus brazos. Y mamá... Mamá no estaba, porque se había ido con ese hombre.
En algún punto de su vida, en el futuro quizás, uno muy lejano, podría entenderla. Soportarla. Pero jamás le perdonaría. Nunca. Estaba enamorada, obsesionada con un amor imposible. Pero, ¿Qué culpa tenía ese niño pequeño que pasó la mayor parte de su vida abandonado? ¡¿Por qué tuvo que cargar con las consecuencias de una calentura?!
Esa tarde cuando finalmente llegó a casa, le escuchó llorar. No sintió ni la más mínima empatía. Ella merecía sufrir tanto y mucho más que todos ellos. Porque simplemente todo el calvario desatado siempre fue su culpa. Su maldita culpa.
Controlando las ansias de ir a por ella y hacerle sufrir con debida razón, se encerró en su habitación con un portazo. Se drogó un poco y se sumergió en un profundo sueño. La ducha al anochecer fue refrescante y la emoción burbujeó con anticipación.
Miró la hora en su pequeño reloj de conejito en su mesita de noche, quedaba muy poco para la verdadera diversión. Se movió alrededor de la habitación sintiéndose ligero. Bailó un poco y prendió un cigarro, asomándose por el balcón. La noche estaba despejada y las estrellas titilaban como si de algún modo quisiesen celebrar junto a él. La calle yacía silenciosa, tenuemente iluminada.
ESTÁS LEYENDO
HASTA QUE TE CONOCÍ ✿ KOOKMIN
Romance© HISTORIA ORIGINAL. PROHIBIDA SU COPIA Y ADAPTACIÓN. | Hasta que te conocí | Jamás lo comprendió. Tal vez nunca lo pensó. O varias veces renegó de aquel sentimiento anómalo que se aferró indomable en su mente, cuerpo y alma. Quién era aquel y por...