𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁ℴ 𝓈𝒾ℯ𝓉ℯ- 𝒶𝒸𝒶𝓂𝓅𝒶𝒹𝒶

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Pasaron unos días y me sorprendió que Blas no vino nunca a hablar conmigo.
¿Se habrá arrepentido?

En fin, hombres.

Esta noche teníamos un plan distinto y por el que me moría de ganas, ir a acampar todos juntos.
Ya teníamos todo preparado: las tiendas de campaña, aguas y bocadillos, algo de alcohol, linternas, y bueno, todo lo imprescindible.

Yo estaba en mi habitación terminando de hacer mi mochila.
Metí el bañador ya que íbamos al lado del río, una toalla, gafas, crema solar, crema para los mosquitos, ropa de recambio, un libro y poco más.

Después bajé con los demás que ya estaban todos casi listos, solo faltaban por bajar Juani y Blas.

Estos dos estaban muy juntos últimamente.

Bajaron juntos pero yo solo pude fijarme en uno, Blas.

Iba vestido con unos pantalones cortos militares, una musculosa blanca, un collar, una gorra de River, unas gafas y una riñonera.

Se veía demasiado bien, una cosa que me encantaba de él eran los lunares de su cara.

No sé por qué me fijo tanto en él.

Juani se me acercó y en el oído me susurró:

-Se te cae la baba.

Le dediqué una mirada asesina con la que solo pude provocar su risa y una sonrisa de Blas, que me estaba mirando.

No lo culpo porque yo también lo estaba mirando a él.

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En el camino yo me monté en el coche de Malena y Matias junto a Santi y Pipe.

Todos conversamos un poco sobre qué haríamos en la acampada.

-Montaremos una fiesta, hemos traído mesas y sillas plegables en los maleteros- Dijo Matías conduciendo.

-Yo me voy a pegar un baño en el río nada más lleguemos- Dijo Santi

-Uff si, yo igual amigo- contestó Pipe

-Yo haré de todo un poco no sé- hablé.

Una hora después llegamos y todos nos pusimos a formar nuestras tiendas de campaña, en parejas de dos.

-Querés que durmamos juntas nosotras?- Me dijo Malena.

-De una- contesté.

Así fue, hicimos nuestra tienda que quedó bastante espaciosa.

Varios de los chicos se acercaron a bañarse al río.
A mí en ese momento no me apetecía así que aproveché para ponerme a leer un poco, hacía mucho tiempo que no lo hacía.

Puse una silla en un lado que daba la luz y ahí mismo me puse a leer.

-Que leés?- sentí una voz arriba que obviamente ya sabía de quien provenia.

-Un libro- contesté sin mirarlo.

-Graciosa- Dijo cogiéndome el libro- Es de romance?

-Si- contesté agarrando de vuelta el libro.

-Asintió con la cabeza- Y está interesante?

-La verdad que bastante.

-Contáme si querés.

-Seguro? Es muy largo eh. Te vas a aburrir- contesté advirtiéndole.

-Negó con la cabeza a lo último que dije- Tengo todo el tiempo del mundo.

𝒟ℯ𝓈𝒹ℯ 𝒶𝓆𝓊ℯ𝓁 𝒹𝒾𝒶-Blas PolidoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora