𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁ℴ 𝒹𝒾ℯ𝒸𝒾ℴ𝒸𝒽ℴ- 𝒲𝒶𝓇 𝒾𝓈 ℴ𝓋ℯ𝓇

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Pasaron semanas, todas iguales.
Las peleas de mis padres se hacían mas presentes cada vez y todo iba a peor.

Hoy era el día en el que se hubiesen acabado las vacaciones si estuviese en Uruguay.
Yo mantenía contacto con todos los chicos menos con Blas, cosa que me dolía.
Él probablemente ya habría llegado a Madrid el día de hoy y no puedo estar con él como nos hubiese gustado.
A veces me metía en su instagram y me alegraba saber que estaba bien, subía cosas con amigos y se le veía feliz.
Yo lo dejé de seguir por razones obvias, el control que tiene mi padre sobre mí ahora es brutal.

Yo llevaba todo este tiempo desaparecida en las redes y me llegaban varios mensajes preguntando por mí, yo solo les respondía que estaba bien.
Mentir es más fácil.

Cuando pensaba que nada podía ir a peor a mi padre se le ocurre una "maravillosa" idea.

Suena el timbre de casa y bajo a ver quién es.
El tiempo hoy es horrible, está lloviendo demasiado, hay que estar loco para salir así.
En cuanto abro siento mi corazón pararse por un segundo, Héctor estaba ahí en la puerta, sonriendo y con flores margaritas en su mano.
Gilipollas, ni siquiera sabe que mis favoritas son los tulipanes.

Me separo un poco de la puerta y ejerzo fuerza sobre ella para volver a cerrarla antes de que entrase.
La mano de mi padre me interrumpe, está detrás mío y abre la puerta para dejar que Héctor pase.

-Hola guapa- Dice Héctor.

No puedo decir lo mismo de él, antes lo veía guapo, ahora es una aberración de la naturaleza y mi evento canónico.

Sin que yo pueda hacer nada planta un beso sobre mis labios y una sensación de asco recorre todo mi cuerpo.

-Qué estás haciendo aquí- Digo limpiándome los labios con el ceño fruncido.

-Lo he invitado yo- me responde mi padre- es hora de que arregléis lo que tengáis pendiente y sigáis juntos.

-Tu estás flipando, no lo pienso hacer- le respondo atacada.

-¿Vamos a tu cuarto Alicia? Allí estamos mas tranquilos los dos- Héctor lo dice con tono tranquilo y a la vez prepotente.

Yo lo miro con cara de asco y él empieza a subir las escaleras para ir a mi habitación.

Mi padre va hacia la cocina no sin antes dedicarme una mirada de odio.

Pienso en lo que hacer, no pienso ir con Héctor.
Desvío mis pasos y en lugar de subir las escaleras lo que hago es ir a la puerta, la abro y salgo.
En cuanto cierro la puerta y el agua cae sobre mí me arrepiento, hace mucho frío y no he cogido abrigo,
pero no pienso volver hasta que él se vaya.

Noto como la puerta se abre y me voy corriendo intentando no resbalarme.
¿A dónde voy? No lo sé.
Lo más sensato es ir a casa de Alex.

Por suerte no queda muy lejos de la mía pero para cuando llego a su portal ya estoy chorreando y temblando.
Toco el timbre esperando que esté ahí pero nadie abre la puerta.
Pulso el timbre una vez más, y otra, y otra, y otra pero nadie abre.
Me cago en la puta.

Agarro el teléfono y le escribo a Alex.

Mi swiftiee🫶🏻

𝒟ℯ𝓈𝒹ℯ 𝒶𝓆𝓊ℯ𝓁 𝒹𝒾𝒶-Blas PolidoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora