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[Agustina]

— Felicitaciones, Carlitos — le dije mientras lo abrazaba. Mi pecho desbordaba de felicidad, estaba muy contenta por él. Jugar en Boca... Literalmente el sueño de Carlos desde que lo conozco. — Espero que me dediques un gol cuando seas ídolo del club.

Terminé el abrazo. Carlos me miraba con una de sus típicas de sonrisas medio tímidas.

— Todavía estoy jugando en reserva igual — encogió sus hombros — Ojalá un día llegar a primera...

— Cuando te leí las manos te dije que ibas a ser un grande en el fútbol, Carlitos. Viste que se está cumpliendo, loco.

— Da gila, a mi nunca me quisiste decir que decía mi mano — saltó Danilo. Sentí como la sonrisa se me borró de manera inconsciente. Recordaba ese día, hace bastante, mi abuelita me había estado enseñando a los supuestos dones de las gitanas. Después de unas clases, fuí a buscar a mis amigos como conejillos de indias, ambos aceptaron a que les lea la mano. El futuro de Carlos pintaba de diez, fama, fútbol, riqueza. Ahora el de Danilo... Las líneas que conectaban la cabeza y el corazón se veían interrumpidas, débiles al igual que la línea de la vida. Su futuro se veía horrible, fue por eso que inventé una excusa y no le dije el verdadero significado.

— Bueno che, yo no tengo la culpa que tu mano sea horrenda y no se pueda leer bien, eh — alcé el tono de mi voz. Fingí enojarme. Y Danilo sabe bien que no me tiene que hacer enojar.

— Bueno gitana, no te enojé'.

Seguimos caminando al local de mi abuelo. Mi persona favorita en el mundo, lo amo más que a nadie en mi familia, bueno, junto a mi abuela. Ella falleció hace un par de años ya, pero mi abuelo mantiene vivo su recuerdo con el restaurante familiar que construyó con ella.

Levanto mi pollera larga y colorida unas cuadras antes de llegar. Las calles de tierra me arruinan toda la ropa, que bronca que me da eso.

— Tengo una re lija — dijo el Uruguayo mientras entrábamos al lugar.

Los tres saludamos a un empleado que estaba en la puerta y este nos indicó una mesa libre. Tomamos asiento y hablamos boludeces, hasta que vinieron a tomarnos el pedido.

— ¡Abuelo! — exclamé a manera de saludo.. El mismísimo dueño vino a tomarnos el pedido, qué nivel eh.

— ¿Qué haces, Elenita? — sonrió — Chicos, ¿cómo andan?

— Todo tranquilo, Don — contestó Danilo asintiendo con la cabeza.

— Vinimos a festejar que Carlitos está jugando en Boca — dije.

— No me digas...

— Si, Osvaldo. Igual en reserva, todavía en primera no. Pero algo es algo, vió.

— Pero por supuesto. Mis felicitaciones Carlos. Espero que cuando seas famoso todavía vengas a comer acá.

Carlos rió con timidez después de murmurar un "obvio". Mi abuelo tomó los pedidos y al no tanto tiempo un mesero nos lo trajo. Empanadas para Danilo, milanesa con papas para Carlos y Sorrentinos para mí, mi pasta favorita.

— ¿Y qué onda? ¿Cuándo te podemos ir a ver? — le pregunté a Carlos refiriéndome a un partido. Él estaba cortando su milanesa.

— El finde que viene jugamos, vení.

— A mi nunca me fuiste a ver a Liniers, so' una gila.

— Y si nunca me invitaste, Uruguayo. Aparte cuando jugaban en All Boys iba siempre.

Danilo se calló porque sabía que tenía razón, siempre la tengo. Gracias al gauchito gil, el almuerzo terminó en paz y sin ninguna discusión con el Uruguayo, siempre peleábamos por boludeces.

Después de comer, cada cual se fue a su casa. Yo fui a la mía con paja, no me gustaba estar ahí.

Cerré la puerta tras mí después de ingresar a la vivienda. Al adentrarme un poco más encuentro a mi papá tirado en el sillón. Comía unos snacks y se tomaba una birra mientras miraba un partido. Me miró de reojo y frunció el ceño.

— ¿Dónde andaba' vo'? — preguntó de mala manera. Suspiré, siempre era lo mismo. Se ponía en pedo y trataba mal a cualquier persona o hasta objeto que tenga a su alrededor.

— Fui a comer a lo del abuelo — contesté y forcé mi tono de voz a uno dulce.

— Seguro que con el otro villero con el que te juntas siempre — escupió. Papá siempre hablaba así de Danilo y me daba muchisima bronca. Como si nosotros fuéramos la realeza del Fuerte Apache. Está bien que económicamente no nos falta nada y hasta nos sobra bastante, pero eso no le da pie para referirse así de los demás.

— No le digas así, pa.

— Vo' y Carlos tendrían que dejar de juntarse con ese pendejo. No te va a traer nada bueno. Yo se lo que te digo, Elena. El Uruguayo ese, ese anda en juntada con el Cochi. De los peorcitos del barrio.

Si papá supiera que yo también ando en "juntada" con el Cochi... Es un buen tipo y cuida de Danilo, por lo que también cuida de mi. A veces nos da de comer o veo que le regala guita a Danilo porque sabe que lo necesita. Es muy buena gente.

— Bueno pa, listo — dije harta. Esquivé el sillón para ir camino a mi pieza, pero obviamente era mi papá quién iba a tener la última palabra.

— Listo nada, pibita. Andá a ayudar tu mamá que está limpiando.

Dejando un suspiro fuerte, tiré mi bolso colorido de crochet en el sillón y fui a pasar una aburrida tarde de limpieza junto a mi madre.

[...]

HOLA, bueno, un par de aclaraciones:

🫧 No busco faltarle el respeto a la cultura gitana, tampoco a las personas en las que está basada la serie Apache.

🫧 Para escribir sobre Agustina y su familia investigué un poco y vi algún que otro documental sobre gitanos, aún así puede que tenga errores al hablar sobre su cultura, desde ya les pido disculpas.

🫧 En este capítulo y el siguiente podrán notar una narración un poco mediocre. Esto se debe a que anteriormente, lo había escrito en narrador omnisciente pero decidí cambiarlo a último momento para un narrador en primera persona, así que no está tan explayado y hay alguna que otra posibilidad de que puedan encontrar algún error que me haya quedado suelto de cuándo lo edité.

🫧 Voy a intentar actualizar seguido - a pesar de que no me lea nadie jaisjau -, pero no prometo nada.

🫧 No cambié los sucesos de la serie, pero si alguna que otra fecha o podrán ver sucesos de la serie adelantados o atrasados.

🫧 Mi tiktok: woswiftie

GITANA | Fernando CisnerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora