[Agustina]
Danilo no quiso venir a despedirse de Carlos que viaja a Luján con el club. Sigue de malhumor por su brazo y capaz que esté un poco celoso.De todas formas, yo estaba presente junto a Adriana, Segundo y los hermanitos de Carlos. En este momento, Adriana abrazaba a Carlitos y le repetía una y otra vez que no se olvide de llamar.
— Meté muchos goles — susurré abrazándolo — ¿Agarraste la mano de Hamsa? — le pregunté. Le había hecho una pulserita con un dije de Hamsa para la suerte y para que actúe como un escudo anti-envidia.
Carlitos miró su muñeca, dónde se suponía que lo tenía. Abrió su boca y se ahogó momentáneamente cuando se dió cuenta que no llevaba nada.
— ¡Lo tenía puesto! — responde. Se le habrá caído. Niego con la cabeza y me ofrezco a ayudarlo a buscarlo antes de que el micro salga.
Carlos exploraba un lado de la terminal y yo otro. Un destello azul me llama, tal vez el amuleto sabía que estaba perdido y nos buscaba él a nosotros. Sonreí y me agaché para agarrarlo.
Lo sostuve con la punta de mis dedos, la sonrisa seguía puesta en mi rostro. Feliz de haber podido encontrarlo me levanté de golpe, mala idea, mi presión baja me jugó una mala pasada. Aunque, esta vez no fue 100% su culpa.
Antes de terminar de levantarme la cabeza ya me daba vueltas. Peor fue cuándo alguien chocó conmigo. Había enterrado mi rostro en el pecho de esta persona. Me recuperé del impacto y miré a quién tenía frente a mí.
Fernando Cisneros me miraba con una mueca que variaba entre sorpresa y preocupación. Al parecer me reconoció, porque al verme creo que ví su rostro suavizándose.
— No te vi, perdoname — dijo. Yo acomodé mi pelo como un acto de reflejo y carraspeé — ¿Qué hacías en el piso?
— Estaba buscando una pulsera que se le cayó a Carlitos — respondí con rapidez. Sentía que las palabras se me escapaban solas y me veía nerviosa. Pero no estaba nerviosa, ¿o sí? Dios, todo era culpa del pelotudo de Carlos que estos días estuvo dele y dele joder con Cisneros.
— ¿Hamsa? — preguntó enviando una mirada a la pulsera. Levanté mis cejas como un acto de sorpresa. Mis hombros se relajaron un poco.
— Si, ¿cómo sabías? — le digo. No era tan normal que un criollo sepa de su existencia. Me generó una pizca de intriga.
— Mi mamá tiene varios de esos en casa. No sé de dónde los saca, pero no quiere que nadie se los toque ni se los muevan de lugar porque dicen que son para la suerte.
El amuleto Hamsa no es único de los gitanos, si bien creo que somos los que más lo usamos, hay distintas tribus o personas quienes también creen en su eficacia. La mamá de Cisnero parece ser una.
— Si, son para atraer buena suerte y alejar la negatividad. Hoy, antes de venir para acá le regalé esta a Carlos, pero al boludo se le cayó.
— Ahora yo también quiero un Hamsa para el suerte.
— Pedile a tu mamá — le contesté encogiendo mis hombros.
— Yo necesito uno bendecido por una gitana — dijo. ¿Bendecido? Dios, es muy boludo, pero me dió gracia, por lo que solté una risita nasal.
— Que tarado... — murmuro. Me acordé que llevaba mi cuarzo Citrino puesto como collar. Por algún impulso me lo saqué del cuello y se lo tendí delante sus ojos, que hoy con el sol se veían de color verde muy, pero muy, oscuro. Él encaró sus cejas, con curiosidad tal vez — Cuarzo de Citrino, ayuda a atraer buena energía y a tener claridad mental. Te va a ayudar en el partido.
Me sonrió. Sus ojos se veían más rasgados de lo que ya eran y sus labios se compactaban en una linea delgada.
— Gracias. Cuando vuelva te la devuelvo.
Iba a decirle que no hacía falta, pero Carlitos llegó corriendo hacia nosotros. Pude visualizar como su rostro neutro se pintaba con una sonrisa pícara. Levantó sus cejas al mirarme, lo conozco lo suficiente para saber qué quería decirme "¿ya se comieron?". Yo lo miré con el ceño fruncido.
— Encontré la pulsera — le dije y se la di en mano.
— Joya Gitana, gracias — volvió a abrazarme. Yo le correspondí y froté mis brazos en su espalda — ¿Vamos? — le preguntó a Cisneros cuando nos separamos.
— Anda yendo — contestó. Noté que me observó por un microsegundo antes de volver su mirada a Carlos — Yo ahora voy.
Carlitos asintió y se dirigió hacía el micro. Cuando veo a Cisneros, tenía su mano extendida hacia mí.
— No nos presentamos bien — dijo. Dios, era verdad. Ni siquiera dijimos nuestros nombres y yo ya sentía que lo conocía —. Fernando Cisneros.
Yo ya tenía su nombre grabado en mi mente, todo culpa de Carlos. Me taladrea la cabeza diariamente con el pibe este. Parece que en realidad le gusta a él y me lo quiere encajar.
— Agustina Heredia.
— Nos vemos, Agustina.
Finalmente, abandonó la terminal no sin antes darme una última mirada. Me sentí rara, me quedé paralizada unos segundos antes de volver con la familia Tevez.
[Fernando]
Subí al micro sonriente mientras pensaba en Agustina. Cuando la vi en los vestuarios me había parecido linda, como cualquier persona que la vea. Es más alta que el promedio de mujeres y sus ojos poseen un tono, similar al verde esperanza. Te mira fijo con ellos y te mata. Por si no fuese suficiente, su pelo es preciosamente rubio. Ahora es una necesidad ganármela. Carlos y sus insistencias con que es imposible que la "Gitana" te diera bola me generó una obsesión.Me senté al lado de Carlos, el forro aprovechó y se sentó del lado de la ventana.
— ¿Qué onda vos? — preguntó. Yo me acomodaba en el asiento para encontrar comodidad.
— ¿Qué onda con qué? — dije, aunque ya sabía de qué hablaba.
— Con la Gitana, boludo. ¿De qué hablaban?
— Ah — cerré los ojos para buscar una posición cómoda para dormir — Nada, me dió esto — tuve que abrir mis párpados para sacar del bolsillo el collar que me prestó — Me dijo que es para la suerte.
— Buena — comentó Carlos mientras estiraba las vocales de la palabra — Ya empezaste a jugar en primera.
Yo me reí — Va a ser mía.
— Fijate de no enamorarte nomás, la Gitana es magnética.
Negué con la cabeza. No estaba en mis planes enamorarme aún. Tenía muchas cosas en las cuales pensar, el fútbol, por ejemplo. No podía distraerme con una mujer.
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GITANA | Fernando Cisneros
FanfictionLa mejor amiga de Carlos Tevez, "la Gitana" lo acompaña a todos sus partidos. Fernando Cisneros asegura que ella va a caer por él, pero Agustina debe cumplir con la tradición de su familia y casarse con quién ellos le indican. ¿Podrá Agustina poner...