[Agustina]
Yo sabía que tendría que haberle mentido a Fernando, que tendría que haberle dicho que no lo amo. Ahora, aunque le dejé en claro que no hay posibilidad de qué existamos, tiene esta estúpida esperanza de que vivamos en un cuento de Disney y acabemos juntos.Cómo había previsto, volví a casa en colectivo. Odio usar colectivo porque me deja muy lejos de casa, puesto que no entran al Fuerte Apache. El cielo en ningún momento dejó de llorar, así que mientras caminaba me empapaba. Mi pollera acampanada ya no era acampanada y se pegaba a mis piernas, mis brazos descubiertos por culpa de mi musculosa estaban helados así que yo trataba de darles calor abrazándome a mi misma.
Me faltaba un poco para llegar ya que caminaba lo más rápido que podía. De repente, siento cómo alguien me agarra de los hombros y me tira hacia él. Si tratan de robarme les juro que les rompo la cabeza, hoy no tengo un buen día. Y plata tampoco.
— ¡¿Qué mierda te pa...sa?! — dejé caer el tono de voz cuándo vi de quienes se trataba. Jorge y La China estaban delante de mi, ambos con un chumbo y cara de pocos amigos.
— Gitana, no tengo todo el tiempo del mundo y no te quiero lastimar porque con vos y El Gitano — mi viejo — todo piola. Así que espero que colabores — dice Jorge. Los dos me acorralaron contra un paredón, no tengo salida.
— ¿Qué quieren? — pregunto, tratando de sonar firme.
— ¿Dónde está el Uruguayo? — el tono de voz de La China es uno lleno de bronca. Se ve que lo vienen buscando hace mucho, pero jamás van a poder encontrarlo.
— No sé, así que dejenme de joder — hago el intento de irme, pero Jorge me empuja contra la pared y hace que me sea imposible salir.
— Sos la única que puede saber dónde está, así que decimelo ya, porque si no, vamo' a terminar mal.
Me apunta. Yo siento que tiemblo de miedo.
— En serio Jorge, no sé. Hace mil que no hablo con él. De verdad te digo — hablé rápido. Su arma me intimidó.
— El Cachucha me dijo que vo' sabías.
— ¿Justo al Cachucha le vas a creer? Si sabes que tiene una fijación conmigo — digo. Jorge siempre estaba cuando me quejaba con Danilo y Cochi con que el viejo ese me tiene harta.
— Más te vale que no me entere que me estás mintiendo, Gitana — me mira mal y guarda el arma. Hace un espacio para que pueda irme —. Dale, raja.
No necesité que me lo diga dos veces. Troté hasta llegar a casa. Abro la puerta y Belén ya no estaba, pero mi abuelo escuchaba la radio mientras jugaba un crucigrama.
— Hola Elenita — saluda con alegría. Yo le sonrío sin fuerzas para responder. Me sentía muy cabizbaja —. ¿Qué pasó? — pregunta al ver mi estado. Yo tomo asiento frente a él y trato de controlarme para no llorar.
— Mis papás me casaron — contesté. No sabía si contar aquello o el encuentro con Jorge, pero el casamiento me aterró más que la amenaza de Jorge y La China.
— Ay, nena... — murmura lamentado. Agarra mi mano para brindarme fuerza. Sé que le doy pena, pero él no va a interponerse porque sabe que nuestra comunidad se maneja así —. ¿Con qué gitano?
— Ignacio López se llama. No lo conozco.
La mueca de mi abuelo cambió de tranquilidad a indignación.
— No pueden casarte con ese — declara — Todos los López son muy mala gente.
No sé, ya no me importaba. Me siento en un limbo, no tengo energía ni para estar triste.
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GITANA | Fernando Cisneros
FanfictionLa mejor amiga de Carlos Tevez, "la Gitana" lo acompaña a todos sus partidos. Fernando Cisneros asegura que ella va a caer por él, pero Agustina debe cumplir con la tradición de su familia y casarse con quién ellos le indican. ¿Podrá Agustina poner...