𝗥𝗲𝘀𝗶𝗹𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 || 𝙻𝚎𝚟𝚒 𝙰𝚌𝚔𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗

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CAPITULO 4:

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TRATO A MEDIAS

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 Todos habían quedado atónitos por esa acción de la castaña, tanto que no se habían dado cuanta de que el pelinegro había vuelto y había entrado en la cabaña. No había dicho nada ya que se quedó viendo como los mocosos estaban fascinados por la misteriosa chica que parecía saber mucho más de lo que parecía. 

 Levi no llegó a ver el gesto de la fémina, pero escuchó lo que le dijo al titan cambiante. Ese tono de voz lo había escuchado muchas veces de distintas personas, pero muy contadas veces en ella, eso se le hizo extraño, pero no dijo nada quería iniciar otra pelea con la chica en frente de todos. Porque estaba seguro, de que si le preguntase cualquier cosa, ella iba a saltarle encima para matarlo de vuelta.

— Creo recordar que les pedí que limpien.— dice Levi al ver que el lugar seguía igual de sucio que el día anterior.

 Todos voltearon a verlo, excepto por la castaña. Trató de ignorar eso y vio como la comida ya estaba lista y se pudieron todos a comer en la mesa que habían reparado Connie y Sasha, aunque no lo habían hecho del todo bien ya que esta se movía un poco cuando te apoyabas de cierto lado.

— Connie, Hange me dijo que querías acompañarla para ir a Ragako.— el mencionado asintió— en unos días va a partir para allá, me pidió que te avise.

 La incomodidad que sentían los adolescentes se podía sentir desde que el capitán hizo acto de presencia hace ya unas horas, pero ya no era tanta. Sabían que los adultos se estaban tratando de ignorar abiertamente, o al menos Asha a Levi, ya el el de ojos oscuros le daba ciertas miradas de vez en cuando; pero se mentalizaron que iba a seguir siendo así y trataban de ignorarlo. 

 En medio de las charlas triviales que es escuadrón tenía entre ellos, y a veces metiendo a Asha en la conversación, la castaña terminó su té y se levantó de la mesa a la vez que todos la miraban confundidos, mientras que Levi apartaba la mirada todavía tomando su preciado té, el cual, se dieron cuenta, de que se lo habían robado casi todo a la castaña.

— Me voy, es un lugar donde no debería estar, la próxima, si se meten en algún lugar donde yo viva, traten de no robarme todo el té.— dice con gracia la castaña y procede a irse bajo la mirada de todos.

 Los adolescentes, desilusionados trataron de pedirle que se queda, ya que le había caído muy bien la chica y estaban seguros de que no habían muchos lugares seguros a los que pudiera ir dentro de esas murallas. Levi, tampoco quería que se vaya, hace años que no se veían y no quería que volviera a pasar, entonces en un acto de desespero disimulado, trató de hacer que se quede.

— Acepto el trato.— después de las palabras del capitán, todos se quedaron callados y mirándolo fijamente, pero él solo veía a Asha, cuya mujer le daba una mirada fría— La mitad de él, al menos.— ya lidiaría con lo demás después, quizás convencerla de que no mate a la única persona dispuesta a sacrificarlo todo para saber la verdad.

— ¿Cómo sé que no me estás mintiendo?— pregunta cautelosa. 

 Para los demás, perecía que iba a hacerse costumbre el no entender nada de esos dos, por lo que se quedaron callados prestando atención.

— No lo sabes.— touché.

— Bien, pero me debes otro bote de té.— Asha vuelve a tomar asiento en su lugar.— La Policía Militar está buscando a Eren e Historia, aún no sé el porqué, pero parecen desesperados, los del culto de las murallas están nerviosos y todo indica que tienen un trato, seguramente algo macabro y retorcido como todo lo que hacen.