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CAPITULO 13:

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¿AMISTAD O CONVENIENCIA?

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 Después de limpiarme las manos, mientras los mocosos trataban de ignorarme con la mirada seguí tomando mi té tranquilamente. Por lo visto, Levi fue a la parte de abajo, quién sabe para qué ya que no se escucha nada.

 Lo que sí que se escucha son unos caballos galopar hacía aquí. Me levanto para verificar las identidades de quién sea que esté acercándose. Oigo unas voces en susurros que logran llegar hasta aquí y me relajo. Son Hange y ¿Moril?, ¿Tolin?. Dios, olvidé el nombre otra vez.

 Tocan la puerta tres veces y les abro, pero antes de llegar a decir algo, siento un peso que me hace trastabillar un poco. Hange y sus abrazos eufóricos se están volviendo más costumbre de lo que me imaginaba.

— ¡Hola enana! ¡Te extrañé! ¿Tu me extrañaste? Yo sé que sí.— al fondo podía escuchar a su subordinado pidiendo que se calmase.

— Hange, me estás asfixiando.— le digo con la voz ahogada, debería aprender a controlar su emoción. Ella me suelta y me pide disculpas, pero se detiene al ver mi brazo, por alguna razón.

— ¿Qué te pasó?— me pregunta preocupada agarrándome la mano. 

 Me miro el brazo y resulta que está goteando sangre, eso es extraño, creí que me había limpiado bien. Al instante siento una punzada más arriba, donde tengo la venda que está cubierta por mi ropa, no recordaba eso y ahora que Hange lo menciona comenzó a dolerme con mucha intensidad.

— Necesitamos curarte eso. Ven, yo lo hago.— me agarró del otro brazo, saludando cortamente a los demás que estaban en el comedor, y me trató de encaminar hacía abajo.— Moblit, trae mis cosas.— Moblit, no tengo que olvidarme.

— Realmente estoy bien, solo necesito cambiarme de vendas, lo puedo hacer yo sola.— realmente no me sentía del todo cómoda con alguien que me cure.

— Tonterías, eso está sangrando mucho.

 Puede que esa herida sea un poco más profunda de lo que me gustaría admitir, y puede que necesite puntos, como también pude ser que no sepa coser y no pueda cerrarme esa herida sola. En cualquier caso, no quería que alguien me cure. Hace tiempo que nadie lo hace, primero porque no tuve realmente la necesidad, segundo porque no me gusta que se preocupen falsamente por mí. 

 Quizás solo le estoy dando muchas vueltas, si la herida necesita puntos, no va a curarse nunca a este paso, por lo que debo dejar que ella haga su trabajo. Al fil y al cabo, no voy a poder dar todo mi rendimiento si no tengo bien el brazo.

 Bajamos por las escaleras y quedamos en una sala que está enfrente de donde torturamos a Sannes, esta tiene una mesa y un par de sillas por lo que va a ser más cómodo para que ella haga lo suyo. Me hizo sentarme a la vez que ella repetía la misma acción y... ¿Monglit? Lo volví a olvidar. Bueno, él le dejaba una pequeña maleta sobre la mesa. Después de agradecerle, se fue para arriba con los chicos para poder darnos privacidad. 

 Hange empezó a quitarme el chaleco para después levantarme la blusa dejándome en ropa interior en la parte de arriba. La venda de mi brazo izquierdo está negra por la sangre que derramé. Me quita la venda ensangrentada y se pone a inspeccionar mi herida mientras yo miro a otro lado.

𝗥𝗲𝘀𝗶𝗹𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 || 𝙻𝚎𝚟𝚒 𝙰𝚌𝚔𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora