𝗥𝗲𝘀𝗶𝗹𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 || 𝙻𝚎𝚟𝚒 𝙰𝚌𝚔𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗

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CAPITULO 10:

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EL CAMBIO

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Año 844

Hacía varios días que los chicos se habían ido del subterráneo y cada vez estaba más preocupada por ellos. Creía que iba a ser una misión más corta, pero parece que se retrasó y van a tardarse más, realmente espero que vuelvan en una sola pieza.

Ya me sentía mucho mejor del tobillo, no tenía tantos problemas para caminar, pero necesitaba reunir a los demás del grupo para que me ayuden a robar algo porque el poco dinero que tenía se me estaba acabando, necesitaba más.

Decidí salir de la casa, cerrando con llave por si acaso. Nadie se atreve a robar nuestra casa gracias a que somos bastantes famosos, y no por los mejores motivos. Salí con una capa y debajo un par de cuchillos por seguridad, tenía que ir a comprar comida simplemente, pero uno nunca sabe cuando puede llegar a necesitarlas.

Cuando estaba bajando por las escaleras alguien se me cruza en mi camino. Lo conozco, es uno de los muchos tipos a los que les pateamos el trasero con anterioridad. Un tipo alto, con bastantes músculos, y una pelada que brilla con la luz de las antorchas.

— ¡Pero si es la protegida de Levi!— dice con falsa sorpresa, pero lo ignoro rodeándolo, pero detrás de él veo a un par de sus amigos— ¿A dónde vas, preciosa?

— No es de tu incumbencia, cerdo.— yo no soy de responder a la gente de tal forma, pero si iba a estar por un par de días más en el subterráneo tendré que actuar como alguien rudo para sobrevivir.

— Creo que necesitas una lección sobre como tratar a los hombres.— me agarra del brazo y volteo a verlo, la diferencia de altura es clara, pero no tenía que dejar que me intimide, a pesar de que me sienta bastante nerviosa ahora mismo— Ahora que no tienes a nadie que te defienda, podremos hacer lo que queramos.

— No te lo recomiendo.— mi voz flaqueo un poco debido a los nervios, pero traté de disimularlo con una cara amenazante.

— ¿No? Pero si no tienes a nadie que venga a rescatarte. En todo la ciudad se escucha como los matones más peligrosos de aquí se fueron y dejaron sola a su compañera. Seguramente porque eres una inútil y se cansaron de ti.— dice riéndose junto con sus compañeros.

Eso no es verdad. Si, ellos se fueron, pero van a volver por mí, estoy segura, ellos nunca me dejarían tirada como si fuese un pedazo de carne que lleva meses pudriéndose. Este idiota no sabe de lo que habla, yo confío en ellos, sé que nunca me fallarían.

Me zafé de su agarre y traté de continuar mi camino que estaba dispuesta a hacer antes de que ellos interrumpan, pero el hombre, que no tiene un pelo de tonto, pasa un brazo por mi cintura y me garra de la coleta de cabello también. Okey, esto es suficiente.

Tomo la mano que está en mi pelo y, con un veloz movimiento, se la doblo mientras le pego una patada en la parte de atrás de las rodillas. Al ver que los demás amigos del simio estaban por venir en su rescate, saco uno de los cuchillos que había escondido y lo apoyo en el cuello de hombre que tengo en mis manos temblorosas.

— Si creen que no sé defenderme sola, adelante, den un solo paso más y no solo su amigo no podrá volver a hablar, sino que ustedes tampoco.—

Mi amenaza se la pasan por donde les cabe y vienen todos hacia mí. Si fuera una persona normal, esas 4 personas me matarían en un instante, pero por suerte no lo soy. Sin titubear un solo segundo, corto el cuello del pocos pelos y me lanzo hacia los demás.