𝗥𝗲𝘀𝗶𝗹𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 || 𝙻𝚎𝚟𝚒 𝙰𝚌𝚔𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗

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CAPITULO 7:

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TEMBLOR INQUIETANTE

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Año 845

 Asha Bram estaba en ese lugar por una sola razón, tenía que pedirle un favor a Kenny Ackerman. 

— ¿Para qué quieres ir a ese lugar? No recuerdo que se te haya perdido algo ahí.— menciona el de sombrero sin prestar mucha atención mientras bebía su cerveza junto con la rubia.

Estábamos en un bar, de esos a los que el asesino frecuentaba. Si querías encontrar al gran Kenny el Destripador, probablemente lo buscarías en un bar, el problema, y parte de la razón por la que nadie lo encuentra, es que nunca sabes cuál. El maldito es increíblemente escurridizo cuando quiere.

— Deberías estar preparada esperando ordenes cuando se te necesite.— Traute Caven, una persona bastante molesta si me preguntas. Es claro que desconfía de mí en absolutamente todo, no separa sus ojos de mí en ningún momento. Quizás le gusto y es su rara e inquietante forma de demostrarlo. De cualquier forma, me irrita.

Estaba por responderle a la rubia de ojos celestes, pero Kenny se adelanta soltando carcajadas.

— ¡Quiere ir a ver al enano!— dice mientras sigue riéndose. Las dos lo miramos como si estuviéramos presenciando a un titán revivir.— ¡¿Me equivoco, mocosa?!

 Siento como la sangre que corría por mi cuerpo se hubiera congelado por completo. En ningún momento yo le dije que lo conocía. ¿Cómo lo sabe? 

— No sé de quién hablas. Recibí información que ahí se encuentra alguien que conoció a mi madre, simplemente voy a corroborarlo.— traté de disimular con lo primero que se cruzó por mi cabeza, no podía decirle que estaba pensando en ir a ver si mis amigos estaban vivos.

 En las calles se escuchaban muchas cosas, como que Erwin Smith era un posible candidato a la comandancia, que era mejor que el actual comandante de la Legión de Reconocimiento, también sobre un tipo que se hace llamar "El soldado más fuerte de la humanidad" (bastante ególatra de su parte), que habían ido a otra expedición fuera de las murallas, y muchas otras cosas.

 Lo que más me importaba es que se hablara de Erwin. Se supone que debería estar muerto desde hace mucho tiempo, necesitaba ir a comprobar con mis propios ojos que ellos estén vivos y pensaba ir exactamente cuando volvieran de los muros para comprobarlo. 

— ¡Enana! ¡A mí no me engañas! Pero puedes ir, comprueba con tus propios ojos como te abandonó.— dice divertido, aún riendo, mientras la de ojos azules lo miraba mal.

 Decidí salir de ese lugar antes de seguir en ese lugar apestoso. Afuera estaba alguien apoyado en la pared, al pasar al lado de él se puso a caminar al lado mío en lo que yo iba a buscar mi caballo.

— ¿Aceptó?

— ¿Por qué crees que busco mi caballo?— respondo seca.