𝗥𝗲𝘀𝗶𝗹𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 || 𝙻𝚎𝚟𝚒 𝙰𝚌𝚔𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗

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CAPITULO 5:

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LINDO TRAJE

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 Había pasado unos días desde que decidí quedarme con los mocosos y su insufrible capitán malhumorado y cada día los niños me sorprendían más. 

 Si no era una cosa, era la otra. 

 Jean y Eren se la pasaban peleando como dos niños por un dulce. Bueno, como niños más pequeños.

 Connie y Sasha me vivían contando sobre bromas que hacían y que tenían pensadas hacer, por supuesto que yo aportaba para las ideas futuras y traté de incitarles a hacerle un par a Levi, pero ellos inmediatamente se negaron alarmados con solo la idea de molestar al enano. Cobardes.

 Armin me habló sobre el mar y otras cosas que podían llegar a encontrarse afuera de los muros, cosa que le escuché encantada. 

 Mikasa es bastante reservada, no habla más que para lo necesario, pero lo poco conversamos me pude dar cuenta de varias cosas; la primera es que está claramente enamorada de Eren, pero creo que ya es una cosa un poco obsesiva; no le gusta quedarse quieta, literalmente le aplastó un titan y hace un rato la vi haciendo ejercicio, por supuesto que quedé en que le tenía que enseñar un par de trucos con el cuchillo; y lo último, es que me di cuenta de que todos los Ackerman son iguales, en serio, parecen que esa expresión la tienen en la sangre, excepto por Kenny, él solo tiene una cara de creerse el rey del mundo.

 Con Historia no he hablado mucho tampoco, pero parece triste todo el tiempo, me pregunto qué le pudo haber pasado para que todo el tiempo tenga esa mirada tan distante, como fuera de este mundo.

 Ahora todo se encontraba tranquilo de momento, porque la mayoría tenía trabajo que hacer. Eren y Connie estaban limpiando adentro, Armir, Sasha y Jean se habían ido a comprar suministros (en serio, que bueno que separaron a esos dos) y Mikasa e Historia se habían a buscar leña. 

 ¿Yo? Yo estaba tomando el sol sentada en el jardín, sin hacer nada. ¿Por qué? Porque a mí nadie me manda. Al tiempo veo como una carreta con sacos y cajas se acerca y me levanto para ayudar a los chicos a descargar las cosas. 

 Porque quiero, no porque me lo hayan pedido.

 Los cuatros agarramos una cosa cada uno de la carreta y procedemos a meternos en la cabaña para dejar las cosas.

— Sasha, te arrepentirás si comes comes sin permiso. El capitán Levi te cortará en pedacitos perfectos para cocinar.— dice a lo que suelto una suave risa.

— No comeré nada, creo.— dice lo último susurrando, pero yo claramente la escuché.

 Los mocosos ya me habían comentado que la chica come más de lo que habla, pero creí que eran exageraciones. Una noche me desperté en la madrugada y la vi comiéndose un pan en mitad de la cocina a obscuras, sin duda, esa noche me llevé un buen susto y ella un buen golpe.

— ¿Se sacudieron el polvo y la suciedad antes de entrar?— nos pregunta un enojado Eren.

— ¿Importa?— respondo con simpleza mientras dejo un par de sacos por ahí sin fijarme mucho realmente.

— No, ¿Acaso no vez que vamos cargados?— le responde el alto al castaño y yo suelto un suspiro, de vuelta empezaron a pelear. Ellos me provocan dolores de cabeza.