02/Chiara Oliver

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CHIARA OLIVER

El sonido de mi despertador por tercera vez estaba sonando, observé la hora y eran las 6:50, decidí que era demasiado temprano para empezar a despertar, así que puse otra alarma a las 7:30, tenía clases hasta las 8:00, así que confiando en mis habilidades somnolientas, volví a acomodarme entre las sabanas.

-Chiaraaaa!!-una voz con tono de reproche fue quien despertó una vez mas a la pelinegra-
-Jasmineee!, que no entres a mi habitación sin tocar!-regañó aventándole todo tipo de almohadas-
-Lo haría si no fueras tan irresponsable!!, ya tengo que irme al colegio!, y tu sigues acostada!, no se como usar los autobuses aquí!.
-pero que hora es?-por fin separó su cara de la almohada para ver su móvil- Mierdaaaa!, son las 8:20, Porque no me despertaste antes?!!-salto de la cama y empezó a ponerse el primer cambio de ropa que vió- vamos anda, sube al coche que ya voy, ¿desayunaste?.
-si, mi madre nos dejó tostadas.

Bajé las escaleras saltando en un pie mientras intentaba ponerme los tenis, cogí una tostada que había en el plato, mi cartera y las llaves del coche, abrí el garage y salí pitando de ahí.

-Tienes baba en la boca kiki.-Se reía la hermana menor, mientras veía como su chofer intentaba asearse con toallitas húmedas entre semáforo y semáforo-
-Antes di que me desperté enana.

Durante el camino intenté descifrar como se sentía con el cambio tan radical que habíamos tenido en tan solo unos meses, y es que en realidad nosotras somos medio inglesas, estábamos viviendo en Newcastle, pero mi padre... bueno, encontró otra familia, y nos dejó, por lo que mi madre decidió ejercer su profesión, administradora de empresas, y le ofrecieron un gran puesto aquí en Granada, así que me pareció buena idea venir aquí, y alejarnos de todo lo que nos recordara a nuestra familia perfecta.
Pero eso no quita que tuvimos que dejar atrás amigos, familiares, escuelas y nuestras rutinas, por lo que en casa de momento todo era un caos, y no quería que Jasmine lo resintiera tanto.

-Llegamos!, ya verás que te irá increíble Jass, eres una niña muy capaz, vamos anda.-Iba a bajarme del coche pero con su mano me detuvo-
-puedo ir sola, ya soy grande kiki.
-Grandee?, pero si para mi sigues teniendo 9 enana.
-Pero ya no tengo nueve!-golpeó amistosamente el brazo de su hermana- tengo quince, así que déjame hacerlo sola, una nueva vida, recuerdas?. -tras un suspiro de resignación por parte de la mayor, jasmine sonrió emocionada y bajó del auto corriendo a la entrada de su colegio, una vez entró el coche aceleró de nuevo a fondo-
<<veamos que tan rápido puedo llegar a esta tonta preparatoria>>

Y es que si bien... mi familia no tiene problema con el dinero, yo nunca he querido que me den lujos como escuelas privadas, me parece innecesario, además en NewCastle estaba en una publica y mis amistades eran espectaculares. Sin embargo esa batalla no se la pude Ganar a Emma, mi mamá estaba muy convencida de que tendríamos un nuevo comienzo las 3, y se empeñó en conseguir un trabajo muy prestigiado que le da sin duda un enorme ingreso, así que me compró un coche, remodeló una casa que tenía aquí, y nos puso a jasmine y a mi en colegios privados, todas las cosas a mi parecer, completamente innecesarias, pero ella cree que es lo mejor.

Al llegar sin duda estaba muy Perdida, este lugar era enorme, lleno de edificios de cristal, elevadores, aulas recreativas... ¿donde se supone que de debo ir?, observé la hora y ya faltaban 10 minutos para la siguiente clase, preferí buscar la cafetería y tomarme el café que en casa no pude, me daba pena llegar a una clase que ya estaba prácticamente terminada.

Salí con mi mirada puesta en mi cafeína, decidí abrir la tapa para que enfriara mas pronto pero de repente, en un segundo, mi piel estaba caliente, juraría que salía humo de mi ropa, rápidamente cogí una servilleta y empecé a limpiar inútilmente el liquido que fue esparcido por todo mi torso, levanté mi ojos y observé a una chica un poco mas baja que yo, pelirroja, facciones marcadas, sus ojos frondosos y de un color miel bajo el sol muy bonito, pero me di cuenta por su mirada de arrepentimiento que ella había tirado mi café, y entonces... me entró ese mal carácter que había sido mi problema siempre, empecé una discusión y sus respuestas políticamente correctas me enfadaban aún más, me parecía taaan falsa, término yéndose y yo me fui al baño a arreglar un poco la macha.

CULPA DEL DESTINO|kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora