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CHIARA OLIVER

El regreso a clases había sido toda una odisea, volver a adaptarse a la rutina de ser asustada por el despertador que llama a que te levantes, de preguntarte muchas veces que ropa usarás durante el día, de volver a sacar tiempo para hacer tareas, trabajos y estudiar, consumía cada hora y minuto de mi tiempo. <<debí usar las vacaciones para irme a la playa>>.

Me encaminé hacia el aula y observé a mis amigos ya sentados en el sitio habitual, los saludé a todos e intenté poner atención a la clase, se me hacían mas aburridas que antes de vacaciones.

-¿La molesto señorita oliver?. -Aquella voz exigente a la que a penas se estaba acostumbrando el grupo, resonó con un tono de reproche, en especial para la inglesa, que llevaba mucho rato mirando a un punto fijo- Si no le interesa mi clase puede salir sin problema.
-No es eso, lo siento.
-Para mañana quiero un ensayo del tema que estoy viendo en formato Appa, no quiero equivocaciones.

Todos me miraban en silencio, ese que nadie se atrevía a romper por miedo a que también se desquitase con esa persona.
Al ser el último ciclo que estaríamos aquí, los maestros y materias se habían vuelto el triple de exigentes.

-¿Estas bien kiki?-Violeta se preocupaba en un susurro-
-Solo estoy cansada.

Intenté sonreírle pero me conocía muy bien, había algo más, pero no me había atrevido a decírselo, ni a ella ni a nadie, menos a ruslana.

Salimos a desayunar y los ánimos eran los de siempre, felicidad, risas, planeaciones, todo era muy bueno, hasta que después de mucho tiempo, volví a cruzarme con Natalia, sus ojos me asustaban, se notaba que había un gran rencor en ellos, tanto que no dejó de mirarme ni un solo segundo, quise salir corriendo en cuanto se acercó a la mesa.

-Oliver..., creí que vendrías de la manita con tu novia.

Aquel comentario me puso en alerta, no por mi, por Violeta, quien estaba claramente tensa en su lugar, varias caras se habían girado tras escuchar aquellas palabras dichas con toda la intención por parte de la chica.

-Natalia..., si quieres podemos ir a otro lado a hablar.
-Para que vuelvas a dejarme como idiota?, no gracias.-reía sarcástica y la cara de todos en la mesa fue un cuadro, ya tenía la atención que quería- Lo que si me sorprendió esa vez, fue que violeta llegase a tu casa, muy raro entre amigas, no?-le preguntaba a su amiga quien le solapaba todos los comentarios que hacía- Digo, yo a mis amigas no voy a verlas a casa y me pongo celosa de verlas follando con otra gente. Pero... lo que si fue raro de cojones, fue que violeta llegase con marcas después de haber terminado con Samuel... y no lo se, no la veo con un chico desde hace tiempo...
-Natalia...-chiara la jaló del brazo para que la chica se agachara a su altura- ¿Que carajos haces?
-Yo?, nada kiki..
-No me llames así...-apretó su agarré en  el brazo- Quiero que te calles y te largues.
-Y que más?, un café?, un masaje?, no te jode?-rió- No tienes vergüenza.
-Si tienes un poquito de amor propio... vas a cerrar la boca y te vas a ir, y yo que tu empezaba a caminar ya.
-Me amenazas?-levantó la voz y todas las mesas empezaron a hablar del tema- ¿Que pasa?, tu novia Violeta es de closet y te niega?.

Aquello hizo que todos miraran a violeta, quien se quedó en silencio mientras sus ojos buscaban los míos, cuando hicimos contacto le pedí disculpas con la mirada, pero no podía descifrarla, no merecía que alguien adelantara su proceso.

Me levanté furiosa y empujé a la rubia que tenía en frente, haciendo que sus amigas se pusieran delante, pero me daba igual, tenia para las tres.

CULPA DEL DESTINO|kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora