20| Mi noche estrellada

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VIOLETA HÓDAR

Era inevitable no ver con otros ojos a kiki, fué como poner la última pieza de un rompecabezas, entendí sus acciones del pasado, sus palabras, su rencor, porque rehuía de hablar de su ciudad.. Acabo de descifrarla por completo, parece que la última pieza que necesitaba para dejarme llevar por fin había sido colocada en su sitio, todo encajó.

Sin quererlo, después de la charla que tuvimos, nos quedamos completamente dormidas, fueron Bea y Martin quienes amablemente nos despertaron.
Ambas fuimos a nuestras respectivas habitaciones y nos duchamos rápidamente, yo cogí cualquier outfit cómodo que ví y me maquillé de manera muy sutil, bajé corriendo las escaleras y empecé a ayudarle a Denna a empacar cosas en las canastas que llevaríamos, optamos por llevar sándwiches, quesos, carnes frías, frutas, pan, y muchas mas cosas, cosas que fueron divididas entre todos para terminar más pronto.

-Hombree guapa!, hasta que apareces, ¿ocultándote para no ayudar con la comida?.
-Para tu información Hodar...-Dejó un beso en el hombro descubierto de la pelirroja- estaba asegurándome de que las cuatrimotos estuviesen en perfecto estado, para llevar a semejante belleza segura. No vaya a ser que algo le pase a Denna.-La rubia rió tras la cara que se le puso a violeta, un poema-
-Sabeis que?, iros a la mierda.
-¡Alaaa!-se quejó Denna- yo porqué??, fue chiaraaa!
-Ya, y tu muy sonriente.

Claramente estaba de broma, pero me gustaba el ambiente tan divertido que se sentía cuando había pullas entre todos.

-Eres un Gnomo de jardín muy enojon.
-No le tienes miedo a la muerte Chiara.-Seguía riendo Denna-
-¿Muerte?, ¿Que me va a hacer un ser diminuto como vaiolet?.

Y sin que se lo esperara corrí hacia ella, la cogí en brazos y la saqué al patio, mi plan era tirarla en el lago, pero eso implicaría que tuviera que volver a ducharse, y estábamos muy cortas de tiempo, y ella lo sabía.

-Violetaaa!, no se te ocurra tirarme, no me va a dar tiempo de cambiarme!, y detestas llegar tarde!.
-Sabías que antes de ti, Violeta Hodar nunca llegó tarde a nada?, y desde que apareciste parece que olvidé usar el reloj!-rió- Hasta en eso influyes en mi.

Finalmente le dí tregua y la bajé en la orilla del lago, sus pies a penas y tocaban agua.

-¿Sabes hacer patitos?.
-¿Patitos?. ¿de papel?.
-Nooo vio!-rió y le dió un beso en la cabeza como muestra de su ternura por ella- Así le digo a las veces que la piedra rebota en el agua, así mira.

La ví agarrar un puño de rocas e ir descartando una a una hasta que eligió la adecuada.
Cogió impulso y la lanzó, fue extraño!, nunca había visto eso, no se hundió en cuanto tocó el liquido, al contrario!, rebotó como si fuese una gelatina, no una, ¡Cuatro veces antes de que se hundiera!

-ALAAAA!, kikiiii,! Eso que fuee?
-Patitos-dijo sin más- Intenta.

Me dió una roca y como niña pequeña la lancé, pero la mia se hundió y mi puchero pareció derretir a kiki, por lo que con mucha paciencia me explicó, me ayudó a elegir las piedras con las que pudiese funcionar y se colocó detrás de mi, su mano en mi cintura y la otra sosteniendo mi mano, sentía su aliento chocar en mi cuello e hizo que mi piel se erizara, su tacto era lo único que me hacía perder la cabeza.

-Ahora lleva tu brazo hacia atrás, Justo así... y la vas a lanzar como si quisieras que se deslizara por el agua, no la tires por abajo, como si no quisieras que la roca tocara el lago.

CULPA DEL DESTINO|kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora