15|Hasta la Raiz

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VIOLETA HÓDAR

Denna no quizo dejarme sola durante la noche, estuvo escuchandome maldecir al destino por ponerme a la chica mas perfecta en el momento equivocado, lloriquear por mis malas decisiones, por engañar a un hombre tan bueno en mi vida, por tener tantas formas de haber hecho las cosa y elegir la mas compleja, me escuchó arrepentirme de no seguir a chiara hasta hacerla que me escuche y quitarle todas las dudas que tenía a besos, por no haberla llamado, me escuchó maldecir una y otra, y otra, y otra vez, entre lagrimas sus bonitos ojos que me atraparon desde el primer segundo.

Jamás me habían roto el corazón. cuando escuchaba esa oración siempre había querido reírme, y es que.. ¿como puedes decir algo tan ilógico?, ¿un órgano roto?, imposible. Pero sin duda me gustaría tomar un medicamento para el dolor del alma y así olvidarme de que chiara oliver jamás volverá a mi.

-Violeta, Samuel no ha llegado, ¿quieres que te lleve yo?-Se escuchaba la voz de Sufemma en la cocina-
-Yo puedo llevarla Señora!
-Denna?-salió la señora Hódar a su encuentro- No sabía que habías dormido en casa!, ven, siéntate a desayunar.

Yo me notaba ausente, las escuchaba hablar, sus risas retumbaban en mis tímpanos, pero yo prefería picotear la fruta de mi plato.

-¿Que pasa cariño?, ¿la sandía no esta dulce?-se interesaba Juan carlos-
-Esta bien la sandía, solo que no tengo mucha hambre.
-te dará hambre mas tarde vaio... te lo pondré en un topper para que mas tarde te la comas, si?.
-Me parece una gran idea Denna-apoyó la madre-

Denna cogió mi plato y se perdió en la cocina, mientras tanto yo me centré en mi móvil, ni un solo mensaje de chiara.

-Samuel y tu discutieron?.-Se interesó Juan Carlos- porque sea lo que sea hija, puedes contarnos.
-Puedes apoyarte en nosotros vio, siempre serás nuestra niña.

Me paré y como niña pequeña fui a abrazar a mi padre, quien gustoso me rodeo con sus brazos y segundos después sentí los de mi madre unirse.

-Todo estará bien, lo arreglaréis.-apoyaba Tana-
-No creo tata..-sorbí mi nariz- terminamos.

Sentí los brazos de todos intensificarse, ellos pensaban que yo sufría el duelo de mi relación, pero no sabían que lo que me estaba lastimando era la idea de volver a ver a una chica de a penas 1.62, con ojos verdes a la que había aprendido a querer en seis meses, no sabían que lloraba del miedo que me ocasionaba verla y que nada sea lo mismo, que nada vuelva a ser.

Llegamos a la preparatoria y noté los ojos de todos sobre mi, Denna en apoyo cogió mi mano y entramos lo mas rápido que pudimos en el aula, me senté donde mismo sin hacerle caso a los comentarios de Denna: <<Ven siéntate conmigo vaio>> <<no creo que sea buena idea que estés tan cerca de ella>>, hice caso omiso a cada palabra que me dijo, y a los minutos me arrepentí.
Ahí estaba ella, bien vestida como siempre, maquillaje ligero, y su silencio me dio un escalofrío en la espalda.

-Buenos días chicos, disculpad mi mala educación.

Su risa, yo sabia que era de esas forzadas. su sonrisa no provocó que sus pómulos se elevaran, y en escasos dos segundos que pude observar mas cerca sus ojos... los noté hinchados, su cornea algo enrojecida, había estado llorando, y a mi se me volvió a partir el alma en pedazos cada vez mas pequeños.

Salió después de tres clases, no volvió.
Denna se acercó a preguntarme como lo estaba llevando y es que no solo lidiaba con su indiferencia, sino que también lidiaba con miradas de enojo y decepción por parte de samu, quien tampoco estaba mejor que yo.

CULPA DEL DESTINO|kiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora