Ona es una estudiante de magisterio de 19 años con una vida familiar complicada. Su madre los abandonó a ella y a su hermano mayor, Ferran, cuando eran pequeños aunque con su padre mantienen una relación un poco distante. Ferran, de 23 años, ha asum...
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ONA.
—Madre mía cuando entre por esa puerta—digo una vez el coche de Marc para delante de mi casa.
Son las 19:00 y acabamos de llegar a Barcelona. Hemos pasado por casa de Marc para despedirnos de sus padres y coger su coche y que me trajera a mi casa.
—Animo rubia—me dice poniendo mi mano en mi pierna.
—Más que ánimos—digo bajando del coche y Marc también lo hace.
Voy hacia el maletero y bajo mi pequeña maleta para volver a mi casa.
—Nos vemos guapo—le digo yo y dejo un beso en sus labios a modo de despedida.
—Adeu preciosa t'estimo—me dice dándome un beso en la cabeza. —Dime lo de el miércoles amor—me dice Marc y me giro a verlo dentro del coche.
—Vale Guiu, te aviso—le digo guiñándole un ojo.
Rosi me ha invitado a comer a su casa antes de que el jueves se vaya Marc, de verdad que no puedo estar más agradecida a los suegros que me han tocado, sin ninguna duda he estado muy agusto con ellos este finde.
Camino a mi casa y antes de abrir la puerta me giro a ver a Marc que me está mirando con esa sonrisa perfecta que me hace temblar las piernas, me guiña un ojo, arranca y se va. Yo abro la puerta después de suspirar ya que no sé qué me puedo encontrar ahí dentro.
—¡Buenaaas!—digo entrando y cerrando la puerta.
El primero que viene, como siempre, es Trasto a saludarme y darme todos sus mimos. Había echado de menos dormir con la salchicha esta la verdad.
—¡Peque!—me dice mi hermano contento saliendo de la cocina y viniendo a abrazarme.
—¿Qué tal tete?—le digo contra su pecho y le abrazo fuerte recordando esta maravillosa sensación de estar con mi lugar seguro.
—Por aquí todo muy bien, ¿tú qué tal?—me pregunta mirándome ilusionado a la cara.—Que guapa—me dice dándome un beso en la frente.
—Yo te he echado mucho de menos Ferri—le soy sincera ya que mi hermano es una de las personas más importantes para mí y separarme de él es algo nuevo—Pero demasiado bien—digo contenta dejando las llaves en la entrada.
—Yo sí que te he echado de menos Oni, no sabía qué hacer—me dice contento y le vuelvo a abrazar.
—¿No está Sira?—le pregunto al ver que no hay nadie más.
—Tenía campeonato de hípica, vendrá ahora mismo—me dice contento.
—Ay que pena, que le quería contar muchas cosas—le digo a mi hermano quitándome la sudadera y quedándome en camiseta de manga corta.
—Ahora me la cuentas a mí mientras comemos lasaña que te he hecho—me dice pasando su brazo por mis hombros y caminamos hacia la cocina.
—Es que eres el mejor del mundo tete—le digo dándole un beso sonoro en la mejilla y él sonríe.
