MARC.Me he cansado de estar aquí.
Miro el móvil en la mesita y veo que son las 7:43. Llevo toda la noche sin dormir ni un minuto porque la incertidumbre y la impotencia pueden conmigo. Me levanto de mi cama y voy directo al baño para pegarme una ducha rápida e irme al hospital para estar allí con mi novia aunque no pueda verla.
Entro en el agua fría y intento relajarme pensando cosas positivas pero me es imposible.
Ona no va a volver, la probabilidad es mínima y si no lo ha hecho ya no va a despertar ahora. Vas a tener que aprender a vivir con ello.
Mi cabeza va más allá y mis ojos sueltan lágrimas que llevan tiempo llevan retenidas en mi interior. Mi cuerpo se moja y mis mejillas se empapan de lágrimas sin poder controlarlo. Me ducho lo más rápido que puedo y salgo de la ducha. Lavo mis dientes y me peino un poco antes de salir y ponerme un chandal cualquiera para ir al hospital.
—¿Hijo?—oigo la voz de mi madre en un susurro detrás de la puerta mientras cierro mi armario. La puerta se abre y veo a mi madre con su bata mirándome preocupada desde allí—¿Dónde vas? Son las ocho menos cuarto—me dice pasando hacia dentro y cerrando la puerta detrás de ella.
—Me voy al hospital, no he dormido nada y por lo menos voy allí y me despejo—le digo yo cogiendo las llaves del coche de mi mesita.
—Cariño, tienes que dormir, sé que es duro pero tienes que descansar—me dice mirándome preocupada.
—Ya lo sé pero yo no puedo estar aquí sabiendo que mi novia está en el hospital con riesgo de no despertar—le digo yo suspirando y intentando no derrumbarme.
—Todo va a salir bien cariño, ya verás—me dice dándome un abrazo y es ahí donde no puedo aguantar más mis lágrimas y sorbo mi nariz mientras mi madre me abraza—Se que no es fácil, pero verás que va a despertar pronto, cielo—me dice acariciando mis mejillas y secando mis lágrimas.
—No sé qué haría sin ella mamá, no puedo parar de pensar—le digo yo entre sollozos mientras ella me escucha.
—Pues no lo vas a saber, porque yo tengo claro que va a despertar, relájate y estate tranquilo—me dice dándome un beso sonoro en mi mejilla.—¿Quieres que la mamá te haga un café antes de irte?—me dice dándome una sonrisa que me relaja antes de asentir.
Sé que mi madre siempre estará conmigo, me entenderá en todo, y me ayudará siempre que pueda.
(...)
Saco la botella de agua del hueco de la máquina expendedora del hospital. Voy hacia la silla donde llevo más de 3 h sentado esperando a los médicos.
Sinceramente no estoy bien, no he dormido nada pero nada, mi cabeza no deja de sobrepensar situaciones por las que podríamos pasar y la ansiedad puede conmigo. Sinceramente creo que no he estado así de débil nunca.
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SEMPRE TÚ - MARC GUIU-
Ficção AdolescenteOna es una estudiante de magisterio de 19 años con una vida familiar complicada. Su madre los abandonó a ella y a su hermano mayor, Ferran, cuando eran pequeños aunque con su padre mantienen una relación un poco distante. Ferran, de 23 años, ha asum...