ONA.
—Joder Laia, ya me lo podrías dar otro día que tampoco es necesario—le digo a mi amiga cansada mirando por la ventanilla de su coche.
—Si porque sino nunca te lo daré—me dice parando en un semáforo.
Estamos yendo a casa de Laia a por una ropa que tengo mía allí en su casa, que llevará allí más de 2 meses por lo menos y se ha empeñado en ir hoy a buscarla.
Hoy 10 de octubre es mi cumple y cumplo 19 años, aunque no he hecho nada especial ya que es viernes y he tenido uni.
Llevamos la semana un poco de bajón por la lesión de Marc y como lo está llevando, no es fácil dejar de hacer lo que más te gusta y pasar a estar rodeado de fisios y de médicos, pero mi chico puede con todo.—Llevo 20 m intentando hablar con Marc y no me lo coge—digo yo mirando la última llamada que le he hecho hace escasos minutos.
—Igual se está duchando o algo—me dice mi amiga tranquila mientras llegamos a su casa.
Llevo unos pantalones vaqueros que se ajustan a mi cuerpo pero por bajo son rectos y en la parte de arriba un jersey que que deja ver mis hombros en color blanco que deja ver mi pircing plateado. Además llevo unas ondas en mi pelo y las campus verdes de Adidas en mis pies.
—¿No lo guardas en el garaje?—le pregunto al ver que aparca enfrente de su casa sin dejarlo en el garaje de su casa.
—No porque está el de mi padre—me dice moviendo el volante para aparcar.
Bajamos del coche y caminamos hacia la puerta de casa de Laia mientras guardo mi móvil en mi bolsillo trasero.
—¿Esta Bruno?—le pregunto por su hermano a mi amiga con una sonrisa mientras ella con sus llaves abre la puerta.
—Supongo que sí—me dice abriéndola y pasamos hacia dentro.—Ves al garaje que está allí la bolsa—me dice Laia dejando las llaves en el recibidor y yo cierro la puerta.
Abro la puerta que da al garaje de casa de Laia y doy la luz para poder ver bien.
—¡SORPRESA!—oigo al unísono y mi corazón da un salto dándome un susto y miro ha todas las personas que hay al fondo del garaje.
Entre otras caras veo a mi novio, Hector, mi hermano, mi cuñada, Emilia, mis suegros, Pedri, Fer, Gavi, Fermín, Carla...
Soy muy afortunada por tener a estas personas en mi vida...
Al lado de ellos hay varias mesas de comida y bebida que habrán preparado y un poco de decoración con globos de 19 años y de color azul.
—Que hijosdeputa—digo yo reaccionando haciendo que ellos rían y yo me quedé paralizada en la puerta.
—¡Esa boca hija!—oigo la voz de mi padre que busco con mi mirada y lo encuentro al lado de mi suegro Manel y mi sonrisa aumenta al tenerlo aquí.
No puedo describir lo que se siente al ver a mi padre aquí, en Barcelona, sabiendo lo liado que está.
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SEMPRE TÚ - MARC GUIU-
Ficção AdolescenteOna es una estudiante de magisterio de 19 años con una vida familiar complicada. Su madre los abandonó a ella y a su hermano mayor, Ferran, cuando eran pequeños aunque con su padre mantienen una relación un poco distante. Ferran, de 23 años, ha asum...