Ona es una estudiante de magisterio de 19 años con una vida familiar complicada. Su madre los abandonó a ella y a su hermano mayor, Ferran, cuando eran pequeños aunque con su padre mantienen una relación un poco distante. Ferran, de 23 años, ha asum...
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ONA.
Muevo mi pie nerviosa mientras suspiro y siento como se me va a salir el corazón por la boca. Irene me sigue maquillando mientras yo estoy atacada de los nervios. 10.02.2025. Es el día que me caso, no es broma, y no puedo más con los nervios. Desbloqueo mi móvil y me planteo llamar a mi novio para quedarme más tranquila, pero no se puede hacer, en principio.
Me mata saber que mi futuro marido está en la habitación de enfrente y no puedo ir a verlo ni darle un beso que sé que me tranquilizaría, para que os voy a mentir, estoy acojonada.
—Puedes calmarte tía—dice mi amiga Laia entrando a toda ostia por la habitación con mi vestido de novia en la mano y dejándolo en la cama.
Va preciosa, su vestido rojo pasión resalta toda su figura mientras lleva un recogido con un moño desenfadado demasiado bonito. El maquillaje perfecto cambiando con el traje, y quitando todo eso, lo más bonito es ella, mi amiga, mi amiga de toda la vida. Hay que ver cómo pasa el tiempo, y lo mucho que nos queremos. Hemos pasado de estar estudiando hasta los cojones de la uni a estar aquí vistiéndome para mi boda. Es lo que tiene ser mejores amigas de toda la vida.
—Por favor no llores, que te he puesto el rímel—me dice Irene mientras me pone el colorete y yo miro hacia arriba para que no caigan mis lágrimas mientras rio.
—Ay de verdad, que nerviosos todos, tranquilizaros—dice Carla saliendo del baño tan tranquila ella poniéndose bien el vestido mientras nosotras reímos.
—Avila calla, que tú te has tomado un cubata para estar tranquila—le digo yo haciendo que ella ruede los ojos.
—¿Te traigo uno a ti? Tía mano de santo—me dice ella chasqueando sus dedos mientras yo rio y Paula me fija el maquillaje.
Si, mis damas de honores, ellas dos y además, Sira y Emilia. Sinceramente lo tuve clarísimo a la hora de elegirlas, Laia está claro que era la primera, sin ninguna duda, a Sira se lo debía por qué a mí me eligió en su boda, y además que es Sira, la conozco desde los ocho años y siempre ha sido un apoyo y un referente para mí, la amo demasiado. Carla me la llevo desde que la conocí en el primer viaje de la selección, desde ahí somos inseparables, además que la personalidad de la pelinegra es demasiado fuerte como para no quererla. Y Emi, a Emi yo sabía que le hacía demasiada ilusión serlo, y no dudé mucho en hacerla una de ellas, ya tiene 19 años, está demasiado mayor, pero sigue siendo la pequeñaja que conocí un día hace más de seis años.
Las cuatro llevan vestidos rojos de la misma tonalidad, un rojo potente para que se les vea mientras cada una lleva un estilo diferente en el vestido.
