CAPITULO 8

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ZAIDA

Por la mañana me despierto gracias a que señorito Eric se tira encima mía

- Joder Eric te has comido un elefante o que - hablo medio dormida y sin poder respirar

- Que graciosa hermanita, pero venia avisarte que Leire te espera abajo

- ¿A mi porque? - lo miro

- Dice que habéis quedado con los vecinos - se apoya en sus brazos y al fin pude respirar - todavía tengo que conocerlos

Suspiro

- ¿Enserio? - cierro los ojos

- Hombre claro anoche ni siquiera conocí a su madre - río

- Yo me iría a Madrid siendo tu - lo miro con una sonrisa - pero me llevas contigo - lo acuso con el dedo

El ríe

– ¿Mamá te dijo algo ayer? – me mira serio

Niego

– Esta bien – besa mi mejilla y sale de la cama –  y ahora prepárate, te quiero

- Y yo - grito cuando cierra la puerta

Me levanto pensando en mi hermano, es el mejor, mi tesoro más preciado, nada hubiera sido posible sin el. Me  ducho, me visto con unos pantalones cortos de deporte y una camiseta gris básica. Me hago dos trenzas desde la raíz y calzo unos botines. Bajo a la cocina y empiezo a desayunar

- Buenos días bella durmiente - me dice mi hermana mientras se lleva una cucharada de cereales a su boca

- Buenos días sapo de cloaca - río mientras saco la leche de la nevera

- Que sepas que te la devolveré - me apunta con la cuchara

Río ante su comentario

- Date prisa en comer hemos quedado y no quiero hacerlos esperar - suspira al acabar la frase

Ruedo los ojos y me siento a comer

- Por cierto - la miro - ¿Que pasó ayer en el paseo? - levanto una ceja mientras cruzo los dedos por debajo de la mesa

Se sonroja

Mierda

- Pues paseamos...- se quedo callada - y nos besamos - susurra muy bajito

- ¿Qué? - pregunto sin entenderla
Bebo de la leche
- Nos besamos - dice un poco más alto

Escupo el contenido de mi boca al suelo

Juro que casi me da un infarto

- ¿QUE TU QUE? - la miro incrédula mientras me limpio la barbilla de leche

- Cállate pedazo mula - mira a todos lados comprobando si había alguien

- Pero tu estás loca o que - me levanto a recoger lo del suelo

- Oh vamos es guapísimo y me encanta - vi como le brillan los ojos

Suspiro

- Que voy hacer contigo - cierro los ojos mientras apoyo la cabeza en mi mano

- Porque te molesta tanto no hay nada malo en ello - sigue comiendo su desayuno

- Leire - la miro sería - te conozco, se que te vas a enamorar y te recuerdo que solo vamos a estar aquí tres meses - mis ojos son fríos como el hielo

Se queda callada y recojo mi plato

[...]

Leire y yo salimos hacia el parque al llegar estaban allí. Leire fue a saludar mientras yo me sentaba en un banco

Mi móvil vibró

Rebeca

¿Puede ser verdad que te esté viendo desde la esquina?

Miro hacia todos lados y veo a Rebeca una antigua mía de la infancia. Me levanto del banco y corro hacia ella

La abrazo.

Rebeca vivía en Madrid cuando éramos pequeñas. Su casa quedaba en frente de la mía. Todas las tardes jugábamos en el jardín de la suya, un día tuvo que marcharse. Sus padres se divorciaron y se fue a vivir con su madre. Su padre acabo vendiendo la casa de Madrid y se fue a otro país.
Rebeca es pelirroja, tienes varias pecas en sus mejillas y tez blanca. Aún que cuando era más pequeña su pelo era más castaño.

- No me puedo creer que estés aquí - me devuelve el abrazo

- Ni yo tampoco - sonrió y me separo de ella - vengo de vacaciones

- Me alegro tanto de verte amiga - besa mi mejilla

- Yo también a ti - sonrió

- ¿Quieres que vayamos a tomar un helado?

- Claro - asiento

Cóseme ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora