CAPITULO 27

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Abrazan mi cintura. Vuelvo a mirar el escaparate.

– Estas dejando un charco de babas princesa – besa mi hombro

Sonrío

– Que gracioso

Ríe y me abraza más fuerte

– Te quiero – besa mi mejilla

– Y yo a ti – me giro y paso mis brazos por su cuello.

Me besa y acaricio su pelo con mis dedos. Los suyos se clavan en mis caderas pegándome a el. Sus labios se mueven al compás de los míos. Son suaves como el terciopelo. Su lengua entra en contacto con la mía liberando una batalla. Tiro de los pelos de su nuca arrancándole​ un gemido por su parte. Sus dientes muerden mi labio inferior con fuerza.

– Me tienes loco – su frente toca la mía. Una risa asoma de mi parte al escucharlo.

– Tu me vuelves loca – sonrío

– ¿A si? – sonríe  – bueno es saberlo – sus labios buscan mi cuello.

– Jesús – balbuceo – estamos en mitad de la calle – muerdo mi labio

– No hago nada malo – su sonrisa crece.

Lo miro mal. El ríe y me abraza

– Anda vamos a buscar a estos dos – su mano se entrelaza con la mía y caminamos por las calles buscándolos.

[...]

– ¿Donde estabais?

– Eso pregunto yo

– Estábamos viendo una tienda – hablo

– ¿Volvemos a casa ya? – asentimos y vamos camino a casa

– ¿Queréis ir mañana al cine? – Dani pregunta mientras encuentra la mano de Zaida.

– Nose ya veremos – responde esta

– ¡Mira! ¡Un parque! – grito y corro hacia el. Subo a uno de los columpios y me impulso con los pies

– No puede ser más infantil – dice Zaida mientras me mira

– Cállate – le saco la lengua en forma de burla.

Jesús se pone detrás de mi y empuja el columpio. Dani y Zaida se sientan en un banco y yo disfruto sintiendo el aire en mi cara mientras Jesús empuja desde atrás.

– ¡Mas fuerte! – grito

– ¡Lo intento! – río al escúchalo y cierro los ojos centrándome en los movimientos del columpio.

Jesús deja de empujarme y se sienta en el banco junto a los demás. Vuelvo a cerrar los ojos mientras voy parándome despacio.

Mis pies vuelven a tocar el suelo. Levanto mi cuerpo del asiento y me acerco a ellos.

– ¿Estas contenta ya?

– Mucho – sonrío

Ruedan los ojos y me río.

– La verdad que no se está nada mal aquí – Dani se acomoda en el banco.

Zaida abraza su cintura y apoya la cabeza en su pecho. Jesús hace una señal de que me siente con el. Me acerco y me siento en sus piernas.

– Si la verdad que se está bien aquí – habla Jesús, sonríe y abraza mi cintura. Sonrío con el. Mi brazo pasa por su cuello y acaricia su nuca.

[...]

Cierro la puerta tras de mi. La tele encendida se escucha desde la entrada. Las luces de arriba están apagadas. Dejo las llaves en la mesita blanca de la derecha. Zaida sube las escaleras hasta su habitación. Abro la puerta del salón.

– Hemos llegado – veo a Eric sentando en el sofá

– ¿Os lo habéis pasado bien? – me mira

Asiento y me acerco a el. Sus brazos envuelven mi cuerpo y besa mi cabeza.

– ¿Donde esta Zaida?

– Arriba

– ¿Habéis comido? Es tarde – me mira intimidante.

– Hemos estado en casa de los gemelos y si hemos cenado allí.

– ¿Y ella?

– Comió algo de lo que tenía

Asiente.

– Es tarde, sube a dormir – besa mi mejilla y apaga la tele.

Subimos jugando por las escaleras. Eric entra en la habitación de Zaida y yo en la mía.

Entro en el baño, y lavo mis dientes. Cepillo mi cabello liso y lo recojo en una coleta baja, me pongo el pijama y me introduzco en la cama.

[...]

El sonido del teléfono hace su acto de presencia.

Voy a matar a quien sea

Alcanzó la mano hasta cogerlo. Entre cierro los ojos por la luz cegadora que emite el teléfono. Bajo el brillo de la pantalla y miro el mensaje que acabo de recibir.

  Jesús:

Buenas noches mi princesa, descansa. Te quiero ❤

Sonrío como boba al leerlo.

Rectifico lo dicho

No voy a matar a nadie.

Le respondo con un buenas noches,  yo también te quiero. Quito el sonido del móvil y lo vuelvo a dejar en la mesita. Tapo mi cuerpo con las sábanas y cierro los ojos cayendo en los brazos de Morfeo. 

[...]

Algo toca mis labios, mejillas, párpados y cuello. Acarician mis brazos con suavidad. Mi mente poco a poco hace que entre en la realidad y abra los ojos y enfoque.

– Buenos días princesa – su sonrisa es la alarma más bonita que me ha despertado en mi vida.
Sonrío al verlo encima mía aguantando su peso con los brazos.

– Buenos días – sonrió y beso sus labios con suavidad.

No me da tiempo a respirar cuando Jesús vuelve el beso más intenso, su lengua busca la mía y su mano encuentra mi mejilla. La otra retira la sábana de mi cuerpo y atrapa mi cintura. No me quedo quieta y surcan mis manos su espalda. Levanto su camiseta y la acaricio con las yemas de mis dedos. Jesús se separa de mis labios y mira mis ojos sin pestañear.

– Esto si son buenos días – dice mientras vuelve a besar mis labios.

Lo atraigo a mi y lo acuesto a mi lado.
Atrapo su rostro con mis manos y esta vez soy yo la que busca su lengua y empieza la batalla. Sus besos son mi droga favorita. Su mano hace círculos en mi cintura. Seguimos un rato así hasta que la falta de oxígeno se nota. Me separo de el a regañadientes.

– Recuérdame que venga más por la mañana – reímos y acaricio su mejilla.

– Lo apunto en la agenda – sonrió

El besa mis labios sin dar tiempo a más y me mira.

– Abajo están haciendo el desayuno

– Pueden esperar un poquito más – sonrió y vuelvo a besarlo .

Cóseme ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora