CAPITULO 39

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ZAIDA

La camilla se zarandea hacia los lados por la fuerza de ser arrastrada hacia algún sitio. Supongamos que sea una habitación. Cierro los ojos al contacto fugaz de la luz en mis retinas. Mis sospechas son acertadas al introducirme en una habitación. Las vías vuelven a tomar contacto conmigo. Observo la habitación con detenimiento. Es más grande que la de la última vez. Tiene espacio para dos camas así que supongo que una habitación doble la cual nunca he llegado a ocupar ya que siempre que me ingresaban era en habitaciones especializadas.

- Deberías descansar, tus defensas aún están débiles - la voz de la enfermera saca mi cabeza de mis pensamientos.

- Lo intentaré - le sonrió de manera cálida

Ella asiente y me devuelve una sonrisa aún más espléndidas que las anteriores. Me deja sola en la habitación tras terminar de revisar mis informes. Unos minutos después los ojos me pesan y caigo en los brazos de Morfeo.

[...]

Mis sentidos se activan menos la vista. Escucho pasos fuera y dentro de la habitación. Siento como mi mano está sujeta a la de alguien, aprieto la mano suave. La persona que está a mi lado besa mis nudillos. Parpadeo varias veces hasta acostumbrar mis vista a la luz. Mis ojos se enfocan en la persona sentada al lado de la cama. Su cabeza está entre sus brazos, su cabello es fácil reconocerlo

- Creo que te debo una tarta - susurro soltando una sonrisa al ver como salta en el sitio del susto.

- Dios mio...no digas eso ni de broma - sus brazos rodean mi cuerpo de forma leve, casi parece que ni me está abrazando

- Eric no me voy a romper - río devolviéndole el abrazo

- Lo siento - escucho como solloza. Escondo mi cara en su cuello y cierro los ojos. Eric nunca llora. No a la ligera. No delante de mi.

- No es tu culpa - susurro abrazándolo más fuerte

- No debí mandaros a nada tenía que haber ido yo fue mi culpa yo me olvide de la tarta...- lo corto tapando su boca con la mano

- Deja de culparte, nada es tu culpa, no eres adivino y estoy bien - lo miro a los ojos - estoy contigo

- Te quiero muchísimo - besa mi mejilla

- Yo a ti más - limpio sus mejillas bañadas en lágrimas

La cortina azul se abre dejando ver la mitad de la otra camilla y a un Daniel Oviedo con ojeras y ojos rojos. Siento un pinchazo en el pecho al verlo así. Dani se acerca a mí cuando Eric deshace nuestro abrazo.

- Estoy fuera - Eric cruza la cortina. Mis ojos se llenan de lágrimas

Su cuerpo envuelve el mio llenándolo de calor el cual que me hacía falta desde que abrí los ojos en aquella casa.

- Perdóname - digo

Su cuerpo se tensa ante mis palabras, su silencio hace que las lágrimas de mis ojos resbalen por mis mejillas sintiéndome peor que antes. Temiendome lo peor.

- No tengo nada que perdonarte mi amor - suspiro soltando un sollozo - perdóname tu a mi por no haberlo impedido

Niego con la cabeza sobre su hombro

- Tu no puedes hacer nada - miro sus ojos - nada - sujeto su barbilla con mi mano acercando su rostro al mio

- ¿Estás bien? - susurra sin despejar su mirada de la mía. Asiento y atrapo la lágrima que acaba saltar de su ojo derecho

- No llores más por mi porfavor - pego mi frente a la suya cerrando los ojos - no lo soporto - trago saliva - no soporto verte así - sus labios hacen contacto con los míos de inmediato, un beso sencillo y largo.

Lo necesitaba

Sonrío cuando se separa de mi

- Te quiero - sonrío más

- Yo también - vuelve a besar mis labios

Abrazo su cuerpo e inspiro su olor.

- ¿Me quedo contigo? - asiento ante su pregunta. Dani se sienta a mi lado y sujeta mis manos con las suyas. Poso mi cabeza sobre su hombro. El silencio solo hace que a mi cabeza venga la pregunta que lleva rondandome desde que estoy aquí.

- ¿Donde esta Leire? - susurro viéndolo a los ojos

Dani sonríe mostrando sus dientes perfectos y se acerca a mi oído

- Detrás de la cortina - susurra

– ¡NO! – Detengo su intento de abrir la cortina

– ¿Qué pasa? – me mira preocupado

– No la abras – susurro cabizbaja

– ¿Qué? ¿Por qué? – Dani se acerca a mi y agarra mis manos

Niego con la cabeza despacio.

– No quiero verla – susurro más bajo que antes

Dani frunce el ceño

– ¿Como que no quieres verla? ¿Por qué? – se sienta en el lado vacío de la cama y acaricia mi mejilla.

Me quedo en silencio sin saber cómo responderle. Dani limpia las lágrimas de mis mejillas que hasta ahora no sabía que tenía.

– Cariño...¿Qué pasa? – alza mi mentón. Nos miramos fijamente a los ojos

– Yo...– balbuceó sin articular palabra. Cierro los ojos dando libertad al resto de mis lágrimas, los brazos de Dani rodean mi cuerpo pegándome a su torso. Su calor me emana el rostro y sujeto su camiseta con mis puños.

– Mi amor – besa mi cabeza – no me gusta verte llorar – sollozo – de verdad que está bien – acaricia mi espalda con sus suaves manos.

No puedo verla. No puedo ver como esta, si tiene marcas si apenas puede sonreír. No quiero ver si su mirada hacia mi ha cambiado. Si me culpa por lo que ha pasado. No, definitivamente no puedo verla.

– Quiero cambiarme de habitación – susurro

– ¿Qué?

– Avisa al médico que quiero una habitación para mí sola – aparto la mirada hacia un punto fijo

– Está bien cariño – besa mi cabeza

Dani se separa de mi y desaparece tras la cortina.

[...]

– ¿Estas segura?

– Si – respondo

– Está bien, te cambiaremos de habitación – el doctor Martínez sale de la habitación y en su lugar entran varias enfermeras.

Giro mi cuerpo dando la espalda a la habitación. Se que está bajo el efecto de los calmantes pero no quiero ver como esta.
Sacan mi cama de la habitación y me dirigen a una individual no muy lejos de esta última. Las enfermeras me dejan de nuevo conectada a los cables y abandonan la habitación. Mi cuerpo descansa sobre las almohadas. Esta habitación es más pequeña, me siento más agusto aunque no debería. Miro mi cuerpo con horror, aún quedan señales de tonos morados y verdes. Tapo la mayoría con las sábanas.
Mis sentidos se centran en los golpes de la puerta. Siento el mundo pararse cuando miro quién está a pie del marco. Sus ojos me miran dolidos, decepcionados, justo lo que me temía. Aparto la mirada al instante, las lágrimas no tardan en salir. Leire me odia y todo por mi culpa.

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⏰ Última actualización: May 28, 2017 ⏰

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