ZAIDA
– Déjame ya pesado – digo a la vez que me río
– Pero si no estoy haciendo nada – sonríe contradiciéndose a si mismo.
Lo miro mal y me río. Sus ojos brillan a mi lado. Sus manos vuelven de nuevo a mis caderas haciéndome cosquillas.
– Dani por favor para – río mientras me aparto de el con la tostada en una mano y la otra el cuchillo con mantequilla.
Dani ríe y se acerca a mi.
– Te quiero – besa mis labios y muerde mi tostada
– Oye – le reprimo
– Te quiero – habla mientras mastica lo cual consigue que casi no se le entienda
Reímos.
– Buenos días – Eric entra y Dani se separa de mi. Intento guardarme la risa y sonrío mordiendo mi mejilla
– Buenos días – respondo. Se acerca a mi y besa mi frente.
– ¿Desayuno? – agarra el cuchillo de mi mano junto con la tostada de la otra, junta la mantequilla en esta y me mira.
Ruedo los ojos.
– Si en eso estábamos – apoyo mi cuerpo en la encimera.
Eric termina con la tostada y coge dos rebanadas más de pan. Hace lo mismo de antes. Deja dos en un plato , del cual me entrega, saca de la nevera el tetabrik de zumo y lo vierte en un vaso.
– Todo – me mira serio.
– Que si Eric – ruedo los ojos y cojo las tostadas, muerdo una de ellas – ¿Contento? – pregunto mientras las mastico
– Mucho princesa – besa mi mejilla , coge la tostada restante y me mira– me voy a trabajar
Desaparece por la puerta y siento como Dani suelta el aire que lleva reteniendo desde que entro.
– Pensé que se iba a quedar aquí – respira
Río y me acerco a el.
– No tienes porque ponerte nervioso
Me siento en sus piernas.
– Tu hermano intimida, muchísimo – me mira y río
– Eres un bobo – beso sus labios
– Me encanta besarte pero come , vaya que aparezca por aquí
Ruedo los ojos y me siento a comer.
– Shh ¡Cállate! – Ríe
Levanto la cabeza al escuchar a Leire en las escaleras. Entra junto a Jesús riendo.
– Buenos días – se pone sería al instante o al menos lo intenta ya que se aguanta la risa. No nos esperaba aquí
– Que contenta te veo – digo
– Si bueno – ríe – nada importante.
Da la espalda preparándose el desayuno. Mi mirada encuentra la de Dani, el cual sonríe igual que yo.
– ¿Ya habéis desayunado? – habla Jesús un poco más serio que Leire.
– Si – responde Dani
Suelto el plato en el fregadero y me siento junto a Dani.
– ¿Que vamos hacer hoy? – pregunto
– No lo se – responde Leire dándose la vuelta – ¿Que queréis hacer?
– No lo se – digo
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Cóseme ©
Roman d'amour¿Quien diría que unas vacaciones tendrían el poder de cambiar mi vida? El echo de cambiar tu hogar, tus comodidades, y tu rutina no me daban ningún motivo de alegria. Para todos los demás viajar con la familia en verano es normal y maravilloso, para...