CAPITULO 30

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LEIRE

Emprendieron camino en sentido contrario, alejándose de nosotras. Limpio mis lágrimas con el dorso de la mano. Levanto la cabeza con cuidado. Siento mi tobillo palpitar,el dolor de mi estómago impide doblarme. Observo el cuerpo de Zaida. Joder hay sangre alrededor de su cabeza. Arrastro mi cuerpo despacio hasta llegar lo más posible a ella. Sufro como la mierda cuando apoyo mi pierna en el suelo. Suspiro agotada solo he conseguido moverme unos centímetros. Con mi mano busco la muñeca izquierda de Zaida, encuentro el botón de la pulsera de emergencias y pulso dos veces para que llamen a mi teléfono. Al cabo de unos segundos mi bolsillo trasero vibra, saco el teléfono y lo coloco en mi oreja.

– Doctor Martínez..– suspiro

– ¿Leire? Hemos recibido la señal de emergencias ¿Zaida está bien?

– No...– el llanto me arrasa y las lágrimas caen en cascada

– ¿Que ha pasado Leire? ¿Donde estas?

– Es- estamos en la calle, nos han  asaltado, Zaida está inconsciente y minutos antes le dio un ataque de asma. – mi voz tiembla al hablar – casi no consigo reanimarla.

– He enviado una ambulancia para tu casa Leire, tranquila , dime si te duele algo

– No puedo mover la pierna, y siento mi tobillo hinchado – suspiro – me duele el estómago nos han golpeado a las dos a patadas – lloro – Doctor ¿Sabe que estamos en Sevilla no?

– Si Leire estoy al tanto, Eric me lo comentó antes de marcharse – suspiro aliviada – mañana estaré ahí para revisar a tu hermana, la ambulancia no tarda en llegar

– Muchas gracias Doctor.

– Voy a llamar a Eric ¿De acuerdo?

– Si

– Bien

La llamada termina, y lo único que intento es mantener alerta todos mis sentidos.

– Zaida cariño aguanta – susurro agarrando su mano – va a venir tu cardiólogo vas a estar bien – beso su mano cerrando los ojos.

El sonido de una sirena hace que vuelva a abrirlos y a contener el último aliento.
Los enfermeros salen con la camilla y montan a Zaida en ella. Alguien levanta mi cuerpo, sosteniéndome hasta entrar en la ambulancia. Me sientan al lado de la camilla. Siento agujas entrar en mis brazos y una máscara que cubre mi boca y nariz.
Mis ojos observan la camilla. Le han colocado la misma mascarilla que a mi.Tiene puesto el suero y están tomándole el pulso. Estoy asustada y necesito dormir.

– Preciosa, tranquila – la voz de una enfermera me habla – esta bien y tu debes relajarte

Me sonríe. Un dolor en mi brazo me alerta de que una aguja penetra en mi brazo.

– Es un sedante, te ayudará a dormir

– N-no puedo...dejarla s-sola – lucho con mantener los ojos abiertos.

– Vamos a cuidar de las dos no te preocupes.

[...]

Los ojos me pesan . Apenas puedo abrirlos. Parpadeo un par de veces hasta conseguir aclarar mi visión.
Unas paredes blancas inundan mis pupilas, la luz de sol entra por la ventana de mi derecha. Observo la habitación con detenimiento, apenas puedo mover los brazos, siento cansancio. La puerta se abre dando paso al Doctor Martínez.

– Leire – su voz de asombro llega a mis oídos al verme – ¿Como te sientes?

– Cansada...– susurro

– Normal – sonríe controlando la vía de mi brazo – has estado día y medio durmiendo

Mis ojos se abren con asombro.

– ¿Tanto? – asiente.

– Estas bastante bien – sonríe

– ¿Y Zaida?

– Esta bien – suspiro aliviada – lo has echo bien Leire – sonríe – Eric está con ella ahora le digo que pase a verte.

– ¿Esta despierta? 

– No, ella no – bajo la mirada – le estamos dando calmantes y yo mismo estoy revisando su estado.

Asiento – gracias – sonrió y el se marcha por la puerta.

Unos minutos después está se abre de nuevo y un Eric cansado y desgastado entra por la puerta.

– Princesa – se acerca a mi y me abraza.

– Lo siento – susurro al borde del llanto

Eric niega – no has echo nada malo – acaricia mi mejilla.

– No te avise , intenté controlar la situación y-y – las lágrimas salían entre cortando mi voz – y pensé que podía con ello – me corta

– Shh – me abraza – está bien cariño, lo has echo bien , reaccionaste rápido y supiste que hacer – sonríe – no fue culpa tuya lo que pasó después – sus músculos se tensaron

– Te quiero – susurro

– Yo a ti también – besa mi mejilla – alguien a fuera quiere verte.

En mis ojos se forman un brillo. Eric ríe

– Ya entra – besa mi nariz y sale.

Mis nervios aumentan contando los segundos. Ni siquiera se que aspecto tengo. Siento el pomo de la puerta girar y apenas pestañeo tengo sus brazos rodeando mi cuerpo.

– Casi me da un infarto mi amor – sonrió devolviéndole el abrazo

– Perdóname – separo mi cuerpo del suyo y lo miro

– Te quiero cariño, no me hagas esto mas – besa mis labios.

Su lengua busca la mía comenzando una batalla entre ellas. Su mano agarra mi nuca pegándome más a el. Mis manos encuentran su pelo y juegan con el. El echo de tener que respirar hace que nos separe.

– Te quiero mucho

– Y yo a ti mi princesa – sonreímos

[...]

Coloco las zapatillas en mis pies y me dirijo al baño. Hago mi aseo y vuelvo a la cama del hospital. Es el tercer día que estoy aquí. Una enferma deja el desayuno a pie de mi cama y espero a que Eric venga.

– Ya estoy aquí princesa – hablando del rey de roma.

Agarra el desayuno y lo acerca a mi.

– Echo de menos tus comidas – ríe

– Ya pronto volverás a comerlas princesa – sonríe y me ayuda a desayunar.

Entre charla y charla acabe el desayuno.

– ¿Como esta? – mi pregunta consigue tensar a Eric

– Igual – agacha la cabeza – sigue sin despertar, el cardiólogo dice que va mejorando y que va a pedir el traslado aquí mientras estemos de vacaciones.

– Nose como conseguiste pagar su servicio

– Bueno – sonríe – he tenido que hacer muchos cursos de cocina para hacerme su amigo – ríe.

– Eres el mejor hermano bobo – sonreímos y me abraza.

– Hago lo que puedo – reímos

Cóseme ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora