CAPITULO 4

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ZAIDA

Esto no puede ser verdad, no puedo salir ahí, no puedo ser su elegida. Rezo mientras busco una forma de desaparecer. Espero que se abra un agujero en el suelo y me trague. Su mirada esta clavada en mi aun con miles de personas gritando su nombre. El sigue sin dejar de mirarme. El agobio se desata en mi cuerpo haciendo que mi respiración sea complicada.

¡Por favor! ¡Qué alguien me saque de aquí!

Jesús parece dejar de pensarlo su mirada se clava en mi hermana y la señala. ¡Leire es la elegida! Observo su reacción, veo como se tambalea pero antes de que caiga sujeto su brazo.
Leire reacciona y sale camino al escenario con rapidez.
Vuelvo a mirar a Dani, no deja de mirarme y entonces veo  su forma de sonreírme. Se sus intenciones.

Joder, no por favor

Se esta acercando, veo como va a señalarme, sin pensarlo mas veces agarro el brazo de la chica a mi izquierda colocando la delante de mi. No le he dado tiempo a reaccionar así que su mano señala a la chica y los de seguridad se la llevan para el escenario. Su mirada de reproche cae sobre mi, aun que no le dura mucho ya que la chica llega hasta el. Veo como le sonríe y habla con ella.
Respiro con alivio, menos mal que me he librado, es mejor que lo disfrute una de sus fans que yo. Vuelvo mi vista hacia Leire quien está rodeada por los brazos de Jesús, la música va a comenzar así que con mi móvil empiezo a grabarlos para que tenga un lindo recuerdo.

Una vez que todo acaba salimos a esperar que Lucas pase a recogernos. De mientras le enseño a Leire su vídeo del concierto.

– Aún no me lo creo – suspira – ha sido tan mágico – sonríe

– Me alegro que estés feliz – le sonrió

Leire me mira con felicidad en los ojos. Sus brazos me rodean con fuerza.

– Gracias por acompañarme – me susurra

El claxon del coche de Lucas hace que nuestro abrazo se rompa. Leire sube al coche llena de alegría contándole a su padre todo lo que le ha pasado. Le sigo detrás y vuelvo a sentarme en el mismo sitio de antes.

Llegamos y bajo del coche directa a mi habitación.
En el salón esta mi madre con mis hermanastros pequeños, no encuentro la mirada de Eric por ninguna parte, lo que me hace pensar que sigue fuera en la empresa o el gimnasio. Subo a mi habitación sin cenar. No tengo hambre. Me meto en el baño y miro mi reflejo, mi pelo castaño casi rubio esta echo un desastre, me hago una coleta alta y me voy a dormir

[...]

Un sonido irritante me despierta de mi bonito sueño, lanzo el despertador contra la pared, me levanto amargada. No quiero irme. Me visto con unos pantalones cortos y una camiseta suelta blanca con unas Vans, suelto mi pelo para cepillarlo, hoy brillaba más de lo normal haciendo que se viera más rubio. Bajo las escaleras y me preparo un tazón con cereales. En realidad jugaba con los cereales mientras tenía la cabeza perdida

– Hey, enana – alzo la vista y veo a Eric enfrente mía

– Dime –  sonrío al verlo

– Te decía que si estás bien – se pone a mi lado y me abraza

– Si bueno – suspiro y dejo de lado la cuchara, cruzando los brazos en la mesa

– Hey, voy a estar contigo cariño – me abraza más fuerte 

– Si pero no vas a estar allí – agacho la mirada

– Lose pero llegaré lo más pronto posible – besa mi cabeza

Cóseme ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora