CAPITULO 17

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ZAIDA

Entro al baño sin aire

Dios mio

Acuno mi cabeza entre mis manos

No puede ser , otra vez no

Suspiro mirando el suelo ¿Porque lo hace tan difícil? Me voy a ir dentro de tres meses ¿No lo entiende o que? Lavo mi rostro y me miro en el espejo.
Tengo los labios hinchados y rojos.
Una sonrisa aparece al verlos así.
Al instante la quito

He dicho que no

No voy a dejar que se acerque a mi

[...]

Juego con el tazón de cereales de la mesa

– Buenos días hermanita – Leire besa mi mejilla sonriente – ¿A que no sabes que? 

– ¿Que? – la miro

– Adivina quien tiene novio

Suelto la cuchara al instante

– ¿Enserio? – asiente

– Se lo que piensas y quiero que sepas que respeto tu opinión pero no voy a dejar esta oportunidad escapar – sonríe

Trago saliva

– Yo. . . Bueno nose supongo que ¿esta bien? – hago una mueca

Ella sonríe

– Hay muchas gracias por estar conforme – me abraza

–De. . . nada– le devuelvo el abrazo

– Por cierto – se separa de mi – ¿Que ha pasado con Dani? – levanta su ceja acusadora

Mierda

– ¿Que va a pasar? – cojo la cuchara de nuevo

– Oh claro que pasa – sonríe – os habéis besado

Casi lo escupo todo

– ¿Te lo ha dicho? – abro los ojos al tope

– Obvio que si – me mira – le gustas – da un empujón a mi brazo

– Bobadas – la ignoro

– Y a ti también

– No

– Sabes que si – sonríe más – Anda boba no lo niegues más

Apartó mi mirada de la suya

– No voy a estar con el si es lo que insinuas – me levanto de la silla

– Zaida no te enfades – me agarra del brazo – esque quiero verte feliz, y no es mal chico

La miro sin saber muy bien que decir

– Piénsatelo ¿vale? – besa mi mejilla y se va

Suspiro

¿De verdad me tiene que pasar a mi?
 
[...]

Pedimos unas pizzas para comer.
Esta siendo un tanto incómodo.
Dani no aparta la vista de mi.
Leire y Jesús se comen la boca a cada segundo. Y yo simplemente no tengo apetito

[...]

Recojo la mesa sola. Es normal no asustarse. Tiro varias porciones de pizza de mi plato a la basura. Mejor que nadie las vea. Cuando termino, el reloj marca las cuatro y media. La puerta de la casa se abre

– Niñas ya estamos en casa – la voz de mi madre hace acto de presencia

Salgo de la cocina y me acerco a mis hermanos

– Hola guapos – sonrió al agacharme para abrazarlos

– ¡Hola Tata! – hablaron a la vez

Río con ello

– ¿Habéis comido? – pregunta mi madre

– Sí – respondo rápido

– Bien – sonríe y besa mi mejilla

– ¡Mamá! – Leire baja de las escaleras corriendo

Se abrazan

El timbre suena cuando los gemelos hacen acto de presencia en el salón

– Voy yo – aviso

Al abrir la puerta me quedo de piedra

– ¿Me echabas de menos? – sonríe al ver mi expresión y salto encima de él

Sus brazos me rodean

– Pensaba que vendrías más tarde – beso su mejilla

– Mi enana me necesita más que el trabajo

Sonrió al escucharlo

– ¡Te quiero! – grito y río cuando empieza la lluvia de cosquillas

– ¡Eric para! – el solo ríe

– Eso te pasa por ser una enana – habla mientras me lleva al salón sin soltarme. Cuando llegamos al lado de todos. Bajo de sus brazos y siento una mirada en mi

Daniel

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