Me gustas tú

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— Muchas gracias Gojo-sensei por darme clases extras.

— No puedo permitir que bajes más tus notas.

— Cierto — se sintió apenado por eso, no fue su intención bajar tanto sus notas, pero después de todo lo que pasó, ese fue su resultado.

— Ahora responde estás preguntas — le acercó una hoja con tres preguntas.

Itadori las vio fijamente durante un rato, empezó a contestar la primera pero no estaba seguro.

Levanto la vista a su profesor, estaba girando un lapicero en su mano, en su hermosa mano y tenía la vista sobre un libro, aunque no podía ver sus ojos por los lentes que traía.

No se dió cuenta cuando el albino giró para verlo, tal vez estaba perdido en su nube.

— ¿Ya terminaste?

No hubo respuesta.

— ¿Yuji?

Ladeó su cabeza a un lado y se quitó los lentes riendo.

— ¡Oi! Yuji — se le acercó, movió su mano frente a la cara del peli rosa, pero ni eso funcionó.

— Yuji — colocó su dedo en la mejilla y la empezó a mover, en círculos.

— Si — dió un brinco en su asiento al sentir el tacto del otro.

— Por fin estás aquí — dijo con una sonrisa.

Al darse cuenta que estaba cerca, su rostro se supo inmediatamente rojo, desvió su cara para que no lo note. 

— ¿Estas bien?

— Estoy bien.

— Que lindo eres — habló riéndose.

Ese comentario hizo que volteara a verlo, Gojo tenía la cabeza apoyada en la silla y se estaba riendo bastante.

Cuando terminó de reírse, se acomodo correctamente en la silla.

— Deberíamos continuar.

Asintió, pero ya no pudo concentrarse en las preguntas.

— ¿Le puedo hacer una pregunta? O es más una curiosidad.

— Claro que si, de que se trata.

— Hay una razón en específico por la que Fushiguro ya no vaya en su carro.

Eso lo tomó desprevenido, asi que se quedó en silencio por un momento.

— No, solo un día dijo que iba a tomar el metro de ahora en adelante y así lo hizo.

— Ah, ya veo.

— Hablando de eso ¿Que tan cercanos son Megumi y tú hermano?

Después de hacer la pregunta, se cuestionó porque la había hecho, si ya sabía la respuesta.

— Bueno, creo que sí.

— Lo imaginé, se está haciendo tarde, es mejor irnos antes.

— Si.

Empezaron a recoger todo y salieron de la biblioteca.

— ¿Mañana también nos vamos a ver?

— Depende de cómo está mi agenda, aunque no creo, yo te aviso.

— Está bien.

— Que tengas buena tarde.

— Para usted también.

Cada uno se fue por su lado.

No era tan tarde, decidió caminar un poco, no era tan malo caminar.

...

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