Only For Me

¿Ustedes están saliendo?

Cuando despertó el sol apenas estaba saliendo, no reconoció en la habitación que estaba, se sentó en la cama, poco a poco los recuerdos volvían.

Se levantó y salió con cuidado, ya que Itadori parecía seguir durmiendo.

— ¿Sukuna?

— Megumi, que haces aquí.

— Baje para ir a al baño.

— ¿No hay baños arriba?

— Si hay, solo que no me gusta usarlos, por cierto como amaneciste.

— Creo que bien.

Fushiguro agarro su mano y lo guío gradas arriba, el otro se dejó llevar, llegaron a la habitación de Megumi.

— Espera aquí, ahora vuelvo — tras decir eso salió.

El peli rosa observó la habitación, se acercó al escritorio, habían varias fotografías, en una se veía a un Megumi que no estaba sonriendo y al lado estaban dos perros pequeños.

En otra estaba con Satoru y chica más, ella debía de ser su hermana, todos sonreían menos Fushiguro, en otra se repetía la foto pero sin la hermana.

Siguió viendo al rededor, habían libros y cuadernos en un estante, arriba de este había otra fotografía, la bajo, era una mujer, esa debía ser la mamá de Fushiguro, dejo la foto donde estaba, y se acercó a la ventana, aún no salía por completo el sol.

Escuchó pasos que se acercaban.

— Volví.

— ¿Nadie se despierta temprano aquí?

— Bueno como hoy no hay clases pues no. 

Se sentó en la cama y llamó al peli rosa para que se siente con el.

— Te vez cansado ¿Acaso no dormiste bien?

— No pude dormir mucho.

— Entiendo.

Megumi trazó las mejillas del otro, en realidad trazó los tatuajes que traía ahí. 

— Porque tuvo que pasar ahora.

— ¿Eh?

— Aún habían bastante cosas que quería mostrarle — sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas — entonces porque, ni si quiera me pude despedir, llegué y ya no estaba, no pude escuchar sus últimas palabras.

No sabía que decir en esos momento, solo veía como las lágrimas del otro caían sin parar.

Lo abrazó, no sabía que decir, pero esperaba que eso funcionará, la cabeza de Sukuna cayó en el pecho contrario, podía sentir como su pijama se mojaba, no pudo calcular cuánto tiempo paso eso hasta que el peli rosa de durmió en sus brazos.

Lo dejo en la cama con cuidado, ya era de día, y sintió pasos. Se levantó y salió de su cuarto. Vio al mayor en el pasillo.

— Gojo.

— Oh Megumi ya despertaste, como amaneciste.

Se quedó observando lo, con una cara extraña.

— ¿Megumi?

— Tú — lo señalo.

— Que pasa.

— Tu cuello —en un  susurro salieron las palabras.

— ¿Que?

Satoru se acercó al espejo más cercano para verse, casi grita al verse, su cuello estaba lleno de chupetones y tenía una mordida.