¡Como pudiste hacerme eso!

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En la escuela de los gemelos clasificaban a los estudiantes según su rendimiento y de acuerdo a eso los colocaban en diferentes clases, que se dividían desde "A" donde estaban los alumnos con más alto nivel académico, hasta "D" donde iban los estudiantes con menor nivel académico.

Itadori estaba en la sección "B" le iba bien en sus clases pero algunos cursos se le complicaban, Sukuna a diferencia de el estaba en la sección "A" que apesar de causar muchos problemas era muy inteligente y aplicado, se le daban bien todas las materias y a causa de eso algunos profesores hacían la vista gorda cuando se metía en un problema.

Ahora este último se encontraba en su clase esperando a que sea la hora de receso, iba a sacar un cuaderno para distraerse pero en el proceso se le cayeron algunas cosas.

— Con cuidado Ryomen — le dijo su amigo que estaba sentado al lado, le ayudo a recoger sus cosas — que es esto — levantó una hoja.

— Aunque en mi corazón sea secreto ¿Es mi problema admitir que me gusta? Que es esto Sukuna — se empezó a reír — pensabas declararte a alguien o que.

— Dame eso Uraume — se lo arrebato de las manos. 

— No sabía que eras un romántico.

— No es mío, lo encontré botado en mi casa.

Uraume no estaba convencido de la respuesta.

Se escuchó el sonido de la campana asi que el peli rosa guardo sus cosas y salió.

— Oh espera Ryomen — el albino lo llamo desde su asiento.

— Uraume porque estás solo y Ryomen — dijo su otro amigo.

— Se fue.

— Últimamente se va asi, crees que esté viendo a alguien.

— Yo que se, espero que no.

— Si, eso sería desafortunado para ti Uraume. ¿Salimos?

— Espera Mahito.

— Que.

El albino estaba dudando pero se decidió, entre las cosas del peli rosa busco y saco la hoja que leyó antes.

— Que es eso.

— Es de Sukuna — le mostró.

Mahito leyó atento — que es esto.

— Ryomen me dijo que no era de él pero creo que no quiso admitirlo.

— Vaya y que vas a hacer, aunque hay cosas ahí que no tienen mucho sentido.

— Ya se, hay que arreglarlo.

— ¿Estás seguro?

— Si.

Uraume saco una hoja nueva y con la ayuda de su amigo empezaron a modificar las letras de la hoja.

Cuando sonó la campana ya habían terminado.

— Justo a tiempo.

— Si, espérame aquí que ahora vuelvo.

— ¿Que? A donde vas Uraume — lo detuvo y le quitó las hojas.

— A un lugar, espérame.

— Ahí esta Ryomen.

Uraume volteó, efectivamente el peli rosa estaba entrando.

Por el susto Mahito arrojó las hojas al suelo.

— ¡Oye! — le reclamó el albino, en un movimiento rápido las tomó y las escondió de la vista de Sukuna.

Cuando esté llegó a su sitio vio al par actuando sospechoso.

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