Almas Gemelas (Adaptación & Traducción)

Capítulo 30

Mientras los escombros caían a su alrededor y la lluvia de guijarros se reducía a un golpeteo ocasional en el suelo, Rosie se incorporó y recorrió el área en busca de Lisa. La angustia que había sentido cuando Jossi desapareció ante sus ojos se multiplicó por diez.

No podía perder a Lisa también. No ahora.

La niebla de polvo finalmente se asentó y vio el cuerpo de Lisa tirado a unos metros de ella. La distancia parecía extenderse a kilómetros mientras Rosie se arrastraba hacia ella, sin importarle que el terreno accidentado le cortara las manos y las rodillas.

Lisa estaba tan quieta, tan pálida. El polvo cubría todo su cuerpo como un sudario de muerte.

"¡No!" Rosie gritó, sintiendo las palabras arrancarse de su corazón.

Apoyó la cabeza sobre su pecho y escuchó el maravilloso sonido de los latidos de su corazón. Lisa estaba viva.

Rosie acunó suavemente su cabeza entre sus manos, rezando para que estuviera bien. Una cálida humedad se filtró a través de sus dedos, y cuando retiró la mano, sangre carmesí cubría su palma.

"Oh, Lisa, no." Estaba sangrando, ya sea por los escombros voladores de la explosión o por la caída, no podía estar segura de cuál. Todo lo que sabía era que Lisa estaba gravemente herida y necesitaba sacarla de allí.

"Despierta. Oh, por favor, despierta." Rosie la sacudió por los hombros y la cabeza de Lisa rodó de un lado a otro como la de una muñeca de trapo.

Entonces sus ojos se abrieron.

"Eso realmente no está ayudando mucho a mi cabeza."

Rosie miró incrédula a Lisa por un momento.

"¿Cómo puedes bromear en un momento como este?" Si Lisa no estaba ya lastimada, estuvo tentada de golpearla hasta que lo estuviera.

"No estaba bromeando. Duele como el infierno." Lisa se tocó detrás de la oreja y miró sus dedos cubiertos de sangre.

"¿Duele mucho?"

Lisa negó con la cabeza, luego hizo una mueca.

"No, es solo una herida en el cuero cabelludo. Tienden a sangrar como locas."

Otro silbido cortó el aire justo antes de que una bomba aterrizara justo al otro lado de la pared, enviando una lluvia de escombros sobre ellas. Rosie se arrojó sobre Lisa, cubriendo su cuerpo con el de ella, protegiéndola tal como había tratado de proteger el montículo del cuerpo.

Cuando el polvo se asentó, Rosie levantó la cabeza y se echó hacia atrás para encontrar los ojos de Lisa perforando los suyos. Lisa acercó su rostro al de ella, aplastando su boca contra la de Rosie en un beso contundente. Solo el temblor del suelo debajo de sus cuerpos por el impacto de otra bomba logró separarlas.

"Tenemos que salir de aquí."

Rosie asintió y se empujó hacia arriba. Lisa trató de ponerse de pie, pero tan pronto como puso sus pies debajo de ella, su pierna se dobló y se derrumbó en el suelo, rodando con evidente dolor.

"¡Santa mierda!"

"¿Qué pasa?" Rosie se arrodilló instantáneamente en el suelo a su lado.

"Mi pierna."

Su mirada se disparó hacia donde Lisa se agarraba el muslo. Un desgarro irregular atravesaba la tela de sus pantalones, y la sangre había vuelto el material verde oscuro casi negro desde la cadera hasta la rodilla.

Tuvo que apartar las manos de Lisa para ver qué tan mal estaba. Agarrando los bordes de la pernera de su pantalón rasgado, la abrió más. Sangre roja brillante rebozaba de una herida profunda en su muslo, haciendo que la carne pareciera un tomate abierto bajo el sol ardiente.