Capitulo 44 🔞

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Cp.44: “La cabaña”

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KLOÉ

Las manos de Emmett sostienen mi cintura, su pecho chocaba contra mi espalda y su respiración roza mi oreja. Mis pies tocan una superficie inestable, donde mis dedos se hunden y al salir, levantan partículas arenosas. Tenía los ojos vendados y no podía ver nada; solo la brisa brusca que levanta mis cabellos y el perfecto olor del mar, salado. Que me da la impresión que estamos en un sitio abierto.

¿Estamos en la playa?

Rin no dice nada, solo se acomoda y duerme. Es lo único que sabe hacer cuando no estoy en peligro, dormir.

¿Tendrá anemia licántropica?

— Te oí— refuta en un bufido.

— No hagas trampa.— ríe Emmett y me muerdo el labio inferior al sentir su respiración en mi cuello.

— Lo siento, es solo que el olor a sal me hace pensar en la playa.

Siento como Emmett se separa un poco de mi y escucho el sonido de algo correr por el agua.

— ¿Qué es eso? —pregunto curiosa, intentando averiguar dónde estamos.

—Oh, eso es solo el sonido de las olas rompiendo en la orilla. Estamos en un lugar especial que quería mostrarte.

— Lo sabía. Soy demasiado buena con el olfato.— me enorgullezco.

— Extraño cuando eras humana.

Emmett retira la venda de mis ojos y parpadeo varias veces para acostumbrarme a la luz que ahora me cega. Un mágico atardecer, donde el Sol golpea tiernamente el mar. Me encuentro frente a una hermosa cala escondida entre acantilados, con aguas cristalinas y arena dorada. Un lugar que parecía sacado de un sueño.

— Es precioso —susurro, sintiéndome abrumada por la belleza del lugar.

— Es nuestro lugar secreto, donde podremos venir a escapar del mundanal ruido siempre que lo necesitemos —me dice Emmett con una sonrisa tierna en su rostro.

— ¿Puedo venir cuando quiera?

— Todo esto— abre los brazos señalando nuestro alrededor— Es tuyo.

— ¿M-mío?— me estremezco.

— Te debo paz, por enemigos como Darius no eras feliz.— un tono de rabia aterroriza su garganta— Puedes venir cuando quieras. No sin antes decirme.

— ¿En serio?— alzo una ceja.

— ¿Crees que estoy bromeando?— obviamente no.

Me abrazo a él, agradecida por traerme a este hermoso lugar y por tenerlo a mi lado. Juntos, nos sentamos en la arena, disfrutando de la brisa del mar y del sonido de las olas rompiendo en la playa, sabiendo que este lugar especial siempre será nuestro refugio.

— Estar así, juntos— volteo a ver sus ojos— Es como un sueño para mí.

— No hay nada mejor, cariño— dice acariciando mi mano sobre la arena.

Sonrío, mientras nuestras mitades hacen un perfecto juego de amor. El viento levantando el frío que eriza nuestra piel y una paz enorme nos abraza.

— Hablemos con seriedad, Kloé.

— ¿A qué te refieres?— observo su confusión.

— Tus pensamientos son más confusos. No es mi deseo leerte a diario para tener que comprender a mi mujer.

POR LA LUNA, SERÁS MÍA © | Completa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora