Capítulo 14

671 67 22
                                    

Cap.14: “Un día más”

≫────°❅•❀•❅°────≪

KLOÉ

— Kloe— abrí los ojos de una vez al sentir ese tibio aliento rozar mi oreja.

Me encontraba en la misma posición que Emmett me dejó anoche, dormí tan bien y descansé lo necesario.

Aún puedo sentir su olor impregnado en las sábanas y recuerdo perfectamente como su sonrisa me envolvía en un sueño profundo...pero no durmió aquí, como supuestamente debe hacer.

Me senté con algo de cuidado de no lastimarme, mientras mi mano pasaeba suavemente por el lado vacío en que el cuerpo de Emmett debería estar...

¿A qué viene esa extrañeza?

Levanté la mirada y me fijé en los ojos café de Gabby sobre mí.

— Buenos días.— esboza una sonrisa media y comencé a bostezar, dedicándole una sonrisa igual.

— Buenos días...— rápidamente a mi nariz, llega un exquisito olor a huevos recién hechos —¿Qué huele tan bien?

— El almuerzo de Dolores, está listo— ríe un poco.

¿He dormido tanto?

— Te esperaremos abajo, K.

Observo como Gabby me ayuda a levantar y luego se retira de mi habitación, habiendo cumplido su cometido. Me paseé por toda la recámara mirando sus alrededores con cierta empatía. Estoy algo sonsa hoy.

Mi mirada se dirige al balcón en donde tantas veces he deseado tirarme, pensando en regresar a casa.

Quizás fue un error venir a Leavenworth y ser raptada por un Lobo con problemas de carácter.

Extraño a mi madre y a todo lo que mi vida humana le corresponde, a mi amiga Amy como a nada y a sus estúpidas locuras.

Aún no sé cuál es mi lugar, ni en este mundo, ni en el otro. Sólo quiero regresar.

¿O no?

Me adentré al baño y me duché, lavando mi cabello completamente, y al salir— con la toalla rodeando mi cuerpo húmedo — fui directamente al armario.

Es impresionante, es un cuarto más repleto en ropas de todo tipo, zapatos, relojes, perfumes y fragancias y algunos espacios vacíos.

Pero nada es femenino.

Aún no tengo ropa aquí, sólo aquella con la que fui traída. Miro un poco más al final y veo varias prendas de Emmett, su ropa circula entre los colores negro y blanco, o gris.

Colores que no tienen vida. Colores vacíos.

Tomé una camisa blanca, de una talla grande. La inspeccioné con algo de atención, la tela es suave y acogedora. Con algo de lentitud, la allego a mi nariz y cierro los ojos, para dejarme llevar por esa esencia tan encantadora, amena y apacible.

Un pequeño jadeo se escapa de mis labios, satisfaciendo mis sentidos, teniendo entre mis manos la camisa de Emmett; estrujada contra mí.

Huele tan delicioso...

— ¿Te gusta? — abrí los ojos rápidamente, y me quedé pasmada con algo de sorpresa.

Emmett estaba justo detrás de mí, pero no tenía el valor de voltearme y ver su rostro.

— Descuida, puedes usarlo si quieres.

No es miedo, es vergüenza. De que me haya atrapado con una camisa suya, y yo, olfateandola como una animal. Sentí mis mejillas arder y los pasos de Emmett aproximarse. Mi cuerpo se tensa y mi corazón se acelera, al presenciar su pecho cálido pegado a mi espalda.

POR LA LUNA, SERÁS MÍA © | Completa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora