Capítulo 4

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Cap.4: “La herida nunca cerrará”

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EMMETT

Ella me dió lo que más deseaba, creó un rincón cálido en mi corazón. Y se convirtió en el más oscuro desde ese día.

Llevo días, semanas, meses y años sin poder dormir. Pensando en ella, en cómo será volver a tenerla en mis brazos y compartir nuestros latidos. En sentir su cabeza sobre mí cálido pecho. En todos los sueños frustrados y planes que teníamos, que pasaron al pasado.

He creado cartas, vacías de palabras y llenas de sentimientos, que termino arrugando.

De contarle lo mucho que la he esperado, y sacar de una vez por todas este dolor que me ahoga.

Sé que la perdí, por estúpido, por insolente, y no pienso volver a traicionar el mejor regalo que me dió La Diosa Luna.

Con las manos detrás de mi espalda, pensaba una vez más en eso, no olvidaré quién soy y por quién lo hago.

— Emmett...— me volteo sobre mí eje, dejando atrás las vistas esclarecidas de mi ventana. Y observo como se asoma mi pequeña hermana, Daysi, y una sonrisa se dibuja en mis labios.— ¿Te escondes?

Se acerca a mí contentada, lo cual le hace ver más hermosa. Su parecido a madre, es grandioso, es indiscutiblemente la princesa más bella de este Reino.

Con sus ojos verdes, impuros. Su lindo cabello rubio y su vestido de novia.

Mi mirada recorre con impresión todo su largo vestido de novia, que llegaba a arrastrarlo por el suelo, e innumerables veces lo agarraba en sus manos, más el velo transparente que colgaba de su tiara hasta su espalda.

— Fuera están nuestra familia y la de Chad—  no tenía las ganas de salir ahí y hacer lo de siempre.

Hablar cordialmente, tratar de política y la típica pregunta de siempre.

¿Dónde está mi Luna?

— Daysi— me interrumpe.

— Prometiste que sería el día más feliz de mi vida.

— ¿Y no lo es?

— No.

— ¿Qué es más importante que tener a tu mate en el altar esperando por tí?— pregunté y escuché un suspiro escapar de ella.

Derrotada por mis palabras, sus cejas se arquean triste y posa su mano sobre mí traje.

— Que la única persona que me queda, esté conmigo en este gran paso.

Fue tan hermoso escucharla decir eso, escuchar como mi pequeña ya no es tan pequeña; y que a pesar de todo siempre me necesitará.

— Te amo demasiado, Day.— tomé su rostro entre mis manos para besar su frente.

Aunque eso no desapareció su tristeza.

— La Luna de los Crescent Moon, estará complacida de volver.

— No estoy seguro de ello.— dije yendo a mi mesa para prepararme un vaso de whisky.— No puedo sacarmela de la cabeza.

POR LA LUNA, SERÁS MÍA © | Completa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora