POR LA LUNA, SERÁS MÍA © | Completa |

Capítulo 27

Cp 27: “Pesadilla”

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EMMETT

El vacío dentro de mi estómago lo sentía inerte, equivalía a la ausencia de Edon y eso me abruma. ¿Dónde se habrá metido ese Lobo?

Ahora que lo necesito se acobarda.

Me quedé viendo los ojos de Darius por casi medio minuto, buscando la razón de su presencia aquí.

— ¿Dónde me tienes, imbécil? ¿Qué pasa que no puedo moverme?— hice el esfuerzo fallido con tal de actuar con mis puños, pero nada.

Darius reía con mucha gracia y satisfacción, mientras mis deseos de patearle el trasero iban en aumento.

— Estás en una ilusión, al final no fue tan difícil traerte aquí.— veo con cuidado como se detiene frente a la ventana.

¿En una ilusión?

Mi mente piensa en aquella bruja, Alara y su extraño colgante. El cual me daba repentinos escalofríos pero no le hice caso. Quizás mientras iba caminando por los pasillos, caí en un trance sin darme cuenta.

¿Dejé que una estúpida bruja me engañase?

— No te asustes, Emmett. Sólo hablaré contigo unos segundos antes de lo previsto.— habla y un fuerte gruñido se escapa de mis labios en un intento de moverme.

— No quiero escucharte, estúpido perro. Arreglemos esto como somos. Como Lobos Alfas.— gruñí con los ojos inundados en cólera.

— No deseo pelear, ya que estoy en desventaja amigo mío.

— Necesitas de un hechizo barato para encadenarme en mi propia sombra.— río con desprecio.— Eres un cobarde.

— Di lo que quieras, estás en tu derecho.

Darius camina hacia mí un poco vacilante, admirando mi desesperación por querer desgarrar su estómago y comerme sus vísceras. Lo odio con mi alma y no pienso cambiar de parecer hasta que no esté con la mirada vacía. Viendo como su alma se va apagando poco a poco entre mis garras.

— Lucía me la jugó reencarnando en una humana— ríe y comienza a caminar, dando vueltas alrededor mío.

— Ella no tiene nada que ver con el pasado de Lucía...— gruño con todas mis fuerzas fulminandolo.

— Kloé es la receta perfecta para mi propósito.— se vuelve a escuchar su risa.— Es hermosa, y tiene un cuerpo exquisito. Te la rifaste Emmett.

— ¡No te atrevas a tocarla!

— Deseo tanto que vieras como la hago mía, como se retuerce sintiéndome dentro de ella y tú aguantando sus gritos y lamentos.

— ¡Voy a matarte, bastardo!— grito al punto de perder el control.

Con una velocidad increíble, Darius ya tenía mi cuello estrujado entre sus garras.

Hace un fuerte aprieto en él, haciendo que el ruido de mis ligeros huesos rasgandose como papel, fuese el único sonido de toda el salón. El dolor era insoportable, mientras hundía con ganas y deseo, sus garras en mí. Jadeo ya que no puedo gritar del dolor, pero mantengo mi mirada furiosa sobre sus ojos dorados.