Capitulo 48

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KLOÉ

Había silencio, todas las luces del Palacio estaban apagadas excepto la entrada principal. ¿Me pregunto donde estarán todos? No hay nadie.

Solo unos tres guardias que al verme arrastrar a la mujer, se me aproximan con la idea de ayudarme.

— Luna— se inclina ante mí.

— ¿Dónde está Emmett?

— Fueron invitados a una reunión en la manada de los Red Moon.

Asiento. Creo que escuché algo parecido antes de salir despavorida al bosque. Sin embargo, estaba tan molesta que no presté atención.

— U-un vampiro.— se impresiona.

— Es inofensiva.— alterno la mirada entre ambos— Llévala al sótano y con mucho cuidado— ordeno y el guardia  toma a la mujer cargada como a una pequeña princesa.

Me quedo viendo como esconde su cabeza en el cuello del guardia, le da vergüenza pero se retuerce de dolor. No tiene ni fuerzas para contenerse. Sus heridas no sanan y cada vez se ven peor. Aún siendo una demonio tarda bastante en regenerarse y necesita ser tratada urgentemente. El guardia entra al Palacio y se pierde de mi vista rápidamente.

Huelo a ella, su olor de demonio se esparce por toda mi ropa. Su sangre queda impregnada en mis manos, pero eso no es lo inquietante. Sino, todo lo que venía murmurando por el camino.

«—Mi hijo»

— Niña— Dolores aparece a mi lado, sus ojos muestran miedo.— ¿Te pasó algo?

— No, no es mi sangre.— digo observándome, toda manchada y mugrosa de tierra.— Es de ella.

— Has traído a un demonio a este Palacio— recrimina.

— La encontré y estaba herida.

— Si Emmett se entera se volverá un problema caótico para nosotros— suspira con sus dedos en su frente.

— Solo no le digas hasta que piense en algo. Por favor.

— Es imposible mentirle.

Conozco la reacción de Emmett, estará dispuesto a despedazar todo a su alrededor. Odia a los demonios como a nada, y no ha matado a Armand porque sabe lo importante que era para Lucía.

Además, ayudó contra Darius. Diría que le perdonó la vida.

— Déjamelo a mí, él no se enterará.

— Es el Alfa, ¿crees que no se dará cuenta?

— ¡Dolores!— la miro de repente, puede notar que también estoy desesperada e intrigada por la situación. Guarda silencio— Es una mujer en apuros, esto lo haría por cualquier otra persona. Me importa una mierda lo que piense Emmett, así que toma tus cosas y ve a sanarla.

Mi voz suena fuerte, y con un asentamiento de cabeza Dolores desaparece. No quise sonar tan ruda, pero estoy algo estresada. Mientras tanto, subo a mi habitación. Sin pensarlo dos veces, entro a la ducha a deshacerme de este pestilente olor a mil muertos. La sangre y la suciedad se escurre con el agua, mi cabello queda limpio y algunas ramas y hojas caen de él.

Con cada gota que cae sobre mí, son los tibios pensamientos sobre la actitud de Armand.

Él, me ama.

Pero yo no.

Me siento extraña luego de haber escuchado sus palabras. Tan vívidas y fuertes de asimilar. A veces me pregunto si tiene corazón. Pero la influencia del alma de Lucía dentro de mí, me hace verlo con cariño.

POR LA LUNA, SERÁS MÍA © | Completa |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora