𝕶𝖆𝖙𝖆𝖓𝖆 ; 33

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Moví mi tobillo mientras hacía un poco de estiramiento. Hacía cerca de tres semanas que me habían quitado el yeso y por fin era libre. Me dolía como la mierda, por lo que tenía que tomar muchos analgésicos y colocarme cintas antinflamatorias alrededor de mi rodilla. Mi doctor me había aconsejado que no hiciera mucho esfuerzo, por lo que al momento no había tenido la oportunidad de aprenderme las coreografías complicadas. 

―Tienes una sonrisa de oreja a oreja ―se burló Miyoung cuando me vio en medio de la sala de ensayos ―. Pensé que tardarías más tiempo en venir. 

Viré los ojos ―. Ya quisieras. 

―¡Onní! ―gritaron Jiwoon y Miyoung nada más entrar también. No dudaron un segundo en correr hacia donde me encontraba y abrazaarme con fuerza. 

―No sé porqué reaccionan de esa manera, que la hemos visto en la mañana antes de venir hacia aquí ―dijo Izumi neesan. 

―Pero es diferente verla aquí ―continuó Miyoung, no me soltaba, apretándome fuerte, dejándome casi sin aliento. 

―Miyoungie... no me dejas respirar... 

Fue entonces que mi amiga me soltó, diciendo una disculpa por lo bajo. Mi corazón se hinchó de amor nada más ver lo emocionadas que estaban mis amigas por tenerme aquí de nuevo. La verdad es que yo también me sentía emocionada de estar aquí. No era lo mismo ver los ensayos de mis amigas, cuando yo también debería estar ahí. 

Si bien, estuve bastante tiempo confinada a esa cosa en mi pierna, estuve trabajando en el último mes en la producción de las nuevas canciones y las grabaciones. Ahora , estábamos un poco atrasadas y teníamos que hacer lo posible para llegar a tiempo al comeback. 

―Vale, es hora de comenzar, ¿estáis listas? ―saludó nuestra coreógrafa ―. Bienvenida, Katie, ya nos hacías falta. 


―Tomad un tiempo para descansar ―anunció Hayoon onní cuando nos dio un respiro en el ensayo ―. ¿Cómo te sientes, Katie? ¿No te duele? 

Me pasé el dorso de la mano sobre mis labios para poder eliminar el exceso de agua que había salido. Estaba molesta porque había tenido algunos erroes, me costaba un poco recargarme en mi pierna rota y eso hacía que diera traspiés. ¿Y lo peor? Me dolía como la mierda la pierna. 

―No, solo se siente raro volver. Creo que me siento fuera de lugar ―mentí. 

―Debe ser horrible para ti, ¿no? ―noté cómo es que ella me miraba con pena. Algo que no me gustaba para nada. 

―Creo que es mejor que haber estado tanto tiempo fuera de la sala de ensayos ―hice un mohín con mis labios antes de hacer una venia y agradecer. 

Tenía que ir al baño, lo más urgente que podía. Es por eso que, cogí mi pequeño bolso y me disculpé diciendo que iría al baño. 

Para cuando estuve dentro, tuve que respirar profundamente al ingresar. La verdad es que el dolor en la pierna me estaba matando y no veía la hora para que esto terminara. Es por eso que saqué un poco desesperada el potecito donde tenía las medicinas para el dolor. Me eché tres en seco y cogí un poco de agua del grifo para pasarlas más fácil. 

Recargándome en el lavamanos, miré el techo por un rato, hasta que escuché cómo mi móvil sonaba dentro de mi bolso. Al sacarlo, pude ver el nombre de Namjoon en el indentificador. Pensé seriamente en no responder, pero, no era la primer llamada que tenía de él desde que llegué. 

―¿Diga?

¿Estás ocupada? ―me preguntó con voz tranquila. 

―Acabo de terminar el ensayo, ¿por? 

Lonely hearts club | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora