El sonido de cosas moviéndose a unos cuantos metros de donde me encontraba hicieron que comenzara a recobrar la consciencia. Conforme lo hacía, podía notar el peso de algo sobre mi pecho, el olor a mandarinas y algo cosquilleando mi nariz me hicieron fruncirla un poco.
Al tiempo que me estiraba, apreté un poco más el cuerpo de Kat sobre mí. Ella se quejó un poco por la acción, pero no se despertó, solo se acurrucó más sobre mí.
―Buenos días, ¿quisieras un poco de café? Estamos desayunado ―preguntó Izumi, desde el pasillo que daba a la pequeña cocina. Tenía una sonrisa burlona en los labios.
Jiwoon también se encontraba en la cocina, sentada en la mesa del comedor, con un tazón de lo que presumía ser cereal y una tableta en la mesa. También se veía divertida, posiblemente porque me encontraba aquí enrededo en las mantas sobre el sofá con su líder y mejor amiga.
―Claro, si es que es posible que pueda salir de aquí ―apunté al cuerpo de Kat quien seguía casi roncando sobre mí.
Las chicas comenzaron a reírse al escuchar el sonido saliendo de su boca. Sentí un apretón en mi pecho de solo verla de esa manera. Una calidez que siempre se encontraba
Si tenía que escoger una forma de ver a Katana, diría que, estando dormida era mi favorita. Ella siempre tenía una mueca fingida, en donde se encontraba fingiendo una sonrisa para no verse tan seria. En su momento, había sido muy criticada por siempre mantener una mirada seria, que incluso la habían tachado de perezosa. Desde entonces siemrpe intentaba mantener una mirada más ligera.
Estando dormida, ella demostraba su verdadero rostro.
Uno apacible. Incluso, se veía como cuando estábamos en el instituto y lo único que quería hacer era seguir su sueño. Llena de ilusiones y más joven.
Me quedé un momento más así, acariciando su cabello oscuro hasta que por fin comenzó a removerse.
Katana, recién despierta, siempre era la cosa más divertida y tierna de ver. Kat parecía un pequeño gato, ella siempre restregaba su rostro un poco con sus manos. Su labio inferior se abultaba un poco por el mohín que hacía. Se estiraba por completo, desde su brazos hasta sus pequeños pies. Incluso, hacía un pequeño sonido algo agudo desde su garganta, muy diferentes a los que estoy acostumbrado a hacer.
Lentamente, abrió los ojos. Sonreí de solo verla con esa mueca de recién despertada. Más aún cuando se pegó a mí y envolvió más mi cintura con su pierna. Esa era una de las señales que solo me revolvían el estómago, de una buena manera, claro.
Era como si cien elefantes corrieran dentro de ahí, pero con la gracia de unas mariposas.
Está demás, qué tan inspirado me sentía desde que estábamos saliendo, haciendo que las horas de trabajo fueran mucho más sencillas.
―Pero mira tú, ¿qué mosca te ha picado? ―me preguntó Hobi hyung cuando ingresé a la sala de ensayos tiempo más tarde, después de hacer lo imposible para que mi novia me soltase y nos dejara desayunar antes de venir al trabajo. La mueca de hyung cambió un segundo después ―. No me lo digas, sé lo que estabas haciendo.
Viré los ojos ―. Solo dormimos.
―Claro, solo habéis dormido, por favor, id con alguien más con ese cuento ―se quejó Jimin, en voz demasiado alta. Mis ojos viajaron hacia Namjoon, quien al parecer hacer sentandillas para calentar era mucho más interesante que escuchar la charla.
No lo culpaba, las cosas entre los dos aún no eran tan apacibles como antes en realidad. Quería acercarme a él, muchas veces lo intenté, pero, siempre que decía algo, me quedaba en blanco la mirada fría que me lanzaba de solo ver o escuchar todo lo que decíamos ―más bien lo que los chicos decían acerca de mi relación con Katana― no le parecía del todo bien.
―Deberías ser más discreto, chico ―mencionó Yoongi hyung haciendo una mueca un poco graciosa, como si algo le diera asco.
―Katana está enferma, chicos, tiene gripa, solo fui a cuidarla un poco ―mencioné, con las mejillas sonrojadas.
Después de unas cuantas carcajadas por parte de mis amigos, por fin nos acercamos para la práctica.
La música sonaba con todo su apojeo mientras estábamos dentro de la habitación. Siempre que estaba ahí, perdía la noción del tiempo. Era como si todo durase solo segundos y no horas como las que en realidad pasaban.
No sabía que había pasado el tiempo hasta que escuchamos cómo es que hyung nos dijo que era hora de dar como terminada la jordana del día de hoy. Tan pronto como cogí mi sudadera que había caído en el suelo en algún momento, sentí los brazos de alguien sobre mí. Por el intenso perfume, me di cuenta que se trataba de Taehyung.
―¿Vamos por unos tragos?
Sonreí de lado ―. No puedo, tengo que ir a ver a mi novia.
Tae hizo una mueca de asco ―. No me gusta eso de que tengas novia, está haciendo que las cosas sean difíciles para los demás, para los solteros como nosotros.
―Sí, ¿cuándo fue la última vez que saliste con nosotros, ah? ―se quejó Jimin hyung, obligándome a virar los ojos.
―¡Yah!, dejad al crío, que él no ha tenido novias como vosotros ―Yoongi hyung vino a salvar mi culo ―. Aunque pensándolo bien, ¿por qué no sales con ellos? Molestar tanto tiempo a mi pequeña hermanita no está bien.
―Ja, ja, ja, mira qué gracioso ―mi sarcasmo estaba brotando por cada uno de mis poros, lo que causó que mis hyungs comenzaran a reírse un poco. Aunque la broma duró poco cuando pronto me sentí... inseguro.
Jimin fue el primero en darse cuenta ―. Ya, suéltalo, dime qué es lo que está en tu cabeza.
―¿Crees que le moleste a Kat que quiera ir a visitarla siempre que tenga la oportunidad? Que, si por mí fuera... bueno, que yo la visito todos los días.
Con el tiempo había podido encontrar una voz con la cual pudiera hablar con mis hyungs, sin embargo, eso no quitaba el hecho de sentirme un poco apenado por la situación. Es por eso que me rasqué los rastros de barba para esconder mi rubor. Aun así fue visible para los chicos. Ellos no se burlaron de nada al respecto, es más, parecía como si hubieran visto la cosa más tierna el puto mundo.
―Tú ve con ella ―sugirió Yoongi hyung, los cuatro ya nos encontrábamos en el camerino ―. No te limites a ese tipo de cosas, más teniendo en cuenta que ya sabes...
―Es un poco raro que alguno de nosotros pueda vivirlo ―argumentó Namjoon detrás de nosotros, llamando nuestra atención. Eso fue todo lo que dijo, él simplemente lo soltó, como si hubiera estado escuchando y después se marchó. Como una tormenta, arrazando con toda la culpa que había estado reprimiendo con la situación que existe entre él y mi novia.
Yoongi hyung negó con la cabeza ―. Vive, Jungkookah, no dejes que tus sueños se rompan tan fácil. Lucha por lo que quieres y, si estar con Kat es lo que quieres, pues adelante.
Las palabras de hyung me hicieron sentir un poco mejor, me sentía emocionado incluso cuando los cinco nos metimos en el elevador mientras hablábamos de cosas sin sentido y de bromas entre nosotros. Sin embargo, todo cambió cuando me llegó un mensaje. Un simple mensaje por parte de Katana.
Todo terminó.
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Lonely hearts club | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏ
RomanceEn donde dos idols se enfrentan a la situación más complicada de toda su carrera: enamorarse.