Cautiva del silencio

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La cena con Yun Xi fue un recordatorio de que, incluso en el caos de mis planes y mis deseos de venganza, había algo que valía la pena proteger. No quería decepcionarlo, pero tampoco podía permitirme ser débil. Mientras conducíamos de regreso al departamento, con la ciudad iluminada por la luz tenue de las farolas y el tráfico nocturno, sentí que había algo importante que necesitaba decirle. Sin embargo, las palabras parecían atrapadas en mi garganta.

Yun Xi mantenía su atención en la carretera, pero su mano sostenía la mía con firmeza. Era un pequeño gesto que me recordaba que, no importa cuán complicado o peligroso fuera el camino que tomara, él estaría allí para caminar a mi lado. Pero incluso con esa seguridad, no podía ignorar la presión en mi pecho.

Al llegar al departamento, la sensación de confort que Yun Xi siempre lograba darme empezó a desvanecerse. Recordé el dolor que sentía cada vez que intentaba hablar y el trauma que eso traía consigo. Hablar para mí no era solo emitir palabras; era revivir el peor día de mi vida. El accidente, la muerte de mi madre, el grito desgarrador que salió de mis labios y el silencio que lo siguió. Era como si cada palabra que intentaba decir estuviera impregnada de miedo y dolor.

Mientras Yun Xi preparaba algo para beber, me senté en el sofá y abracé mis piernas, sintiendo el frío de la noche a través de las ventanas. Las luces de la ciudad parpadeaban, recordándome lo frágil que podía ser la vida. ¿Qué le podía decir a Yun Xi para que comprendiera lo difícil que era para mí? No quería arrastrarlo a mi oscuridad, pero necesitaba que entendiera por qué era tan difícil hablar.

Cuando Yun Xi volvió a la sala con dos tazas de té caliente, me miró con preocupación. "Yifei, ¿te sientes bien? Has estado muy callada".

Asentí lentamente, intentando ofrecerle una sonrisa tranquilizadora, pero mi corazón latía con fuerza. Tomé la taza de té con manos temblorosas y la sostuve para sentir su calor. Yun Xi se sentó a mi lado, acercándose lentamente, como si temiera asustarme.

"Si necesitas hablar de algo, estoy aquí", dijo en voz baja, su tono era suave y reconfortante. "No tienes que hacerlo ahora, pero quiero que sepas que no estás sola".

Intenté formar palabras, pero la presión en mi pecho se hizo más intensa. No podía. No era solo el miedo, sino el dolor físico. Mi garganta se cerraba, como si algo la estuviera apretando, y las lágrimas empezaron a brotar. Yun Xi me abrazó, sosteniéndome con firmeza, como si pudiera protegerme de mis propios miedos.

"L-lo siento", susurré con voz entrecortada. "N-no p-puedo..."

Yun Xi me abrazó más fuerte, acariciando mi cabello. "No tienes que disculparte, Yifei. Lo importante es que estás aquí, y eso es todo lo que importa".

Me dejé llevar por sus palabras, permitiéndome llorar en sus brazos. Llorar por todas las palabras que nunca pude decir, por todo el dolor que me había guardado durante años. Yun Xi no me soltó, ni siquiera por un segundo. Su calidez era mi refugio en medio del tormento de mis recuerdos.

Cuando me tranquilicé un poco, Yun Xi tomó mi mano y me miró a los ojos. "Quiero que sepas que, sin importar lo difícil que sea, estaré contigo. No tienes que hablar para que te entienda. Solo tienes que quedarte a mi lado".

Le agradecí con una sonrisa débil, dejando que sus palabras me dieran la fuerza que necesitaba para continuar. Aunque hablar fuera difícil, sabía que Yun Xi estaría ahí para escucharme, incluso si mis palabras se quedaban atrapadas en el silencio.

El silencio de tú vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora