La mente de Harry no estaba siendo su mejor aliada en esos momentos.
Su voz interna le dictaba decenas de ideas e instrucciones con las que él ciertamente no estaba de acuerdo. Pero lamentablemente siempre ha sido así, le gusta ir en contra de lo que su conciencia le aconseja la mayoría de las veces.
Pero esta vez puede que no culpe tanto a su cabeza por estar tan presionada e histérica, esta vez sí tiene motivo suficiente para sobre pensar.
Y ese motivo se llama Troye.
El omega madre de Andy. El mismo con quien Louis solía relacionarse cuando sus periodos de celo le achacaban.
A quien Andy debería llamar "mami", no a mí.
Auch. Harry pronto disipa ese último ataque a sí mismo que su tediosa voz interna le ha hecho.
Aún así, el regreso de Troye marca un cambio en sus vidas, uno importante. Ha llegado para desestabilizar lo que Harry creía se estaba afianzando entre los tres.
Apuesta a que el omega volvió para tratar de acercarse a Andy y, con suerte, lograr que Louis le permita visitarlo. Aunque, por lo que Harry conoce de Louis, él realmente duda que el alfa se la vaya a poner fácil, seguramente está muy molesto con la forma en la que Troye eligió regresar y presentarse así como si nada.
—¿Son tortuguitas, mami?
Harry sacude levemente la cabeza y voltea a ver a Andy con una de sus mejores sonrisas, el pequeño está observándolo con esos preciosos y grandes ojos azules que heredó de su padre.
El omega entonces asiente, colocando una uva a modo de "cabeza" para la figura de tortuga que está formando con frutas, todo en un intento por distraer a Andy -y a sí mismo- de la tensa situación que se vivió abajo.
—Lo son, bebé —Harry continúa acomodando las cabecitas en cada tortuga mientas se deleita con las suaves ricitas del cachorro.
Su omega ama sus risas, le transportan a un lugar mucho más sereno y alegre. Justo lo que necesita para no perder la cabeza por sus pensamientos acelerados.
Al terminar, Harry coloca un total de cuatro tortugas a petición del cachorro en su platito; mientras que él se sirve solamente tres en el propio. No tiene demasiado apetito.
Andy devora la primera muy rápido, moviendo sus piernitas con gusto al sentirse complacido por el sabor y expresándole al omega lo mucho que le están gustando.
Mientras Harry termina de masticar la fruta, toma uno de los vasos de Andy para servirle un poco de agua.
—Oye mami —el cachorro le llama.
—Dime, pequeño.
—Hmm, ¿quién era esa persona de allá abajo?
La pregunta le provoca carraspear un poco. De nada sirvió el que Harry le tarareara una canción mientras subían en el elevador para detener cualquier cuestionamiento referente a Troye por parte del menor. Tampoco funcionaron las tortugas que le preparó. La curiosidad terminó por ganarle al pequeño. Y a él.
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Kiwi // L.S
RomanceHarry es un lindo omega y dueño de una guardería, él vive intentando compensar el dolor de su corazón entregando su vida al cuidado de pequeños cachorros. ¿Un omega defectuoso? No puede más que soñar con la idea de una vida feliz. Pero Louis es un...