—¿Aún no te dice a dónde te va a llevar? —Pregunta Niall, sentado en la orilla de la cama de Harry.
—No. Se lo mantenido muy en secreto toda la semana. —Responde con la cabeza metida entre los ganchos con ropa de su armario.
Su habitación de nuevo está hecha un desastre, sus prendas de vestir están desparramadas en la cama, sus zapatos y accesorios por igual están en pequeñas pilas sobre los muebles.
No puede decidirse sobre qué usar para su cita con Louis.
Es un sábado por la mañana y de acuerdo con los mensajes del alfa, éste pasará por él en un par de horas.
Harry apenas puede creer lo rápido que han pasado los días desde que Louis lo invitó a salir el pasado domingo. Casi toda una semana.
Una semana en la que el alfa no ha desistido en su cortejo ni un solo día.
Los ramos de flores estuvieron presentes a diario por la mañana, siendo entregados por Alan en la guardería. Cada arreglo contó con su respectiva tarjeta repleta de palabras dulces y coquetas de Louis.
A su casa, el alfa también se encargó de enviarle algunas canastas con dulces de todo tipo.
Los mensajes de texto tampoco habían faltado. A cada momento se comunicaron sobre cómo iban sus días y sobre los pendientes que tenían que resolver.
El alfa tenía mucho trabajo que hacer con su buffet, juntas, comités, casos en cortes y demás. Sin embargo, al omega le había alegrado demasiado el hecho de que Louis ya estuviese enforzándose por reservar el tiempo adecuado para Andy y todo lo relacionado a él.
De los cinco días de la semana, Louis se las había arreglado en tres días para llevar y recoger a Andy de la guardería. Dejando los dos restantes en manos de Lottie. Pero era algo, un gran avance de hecho.
Y bueno, no está de más decir que en cada una de esas ocasiones, Louis había encontrado la forma de colarse en su oficina para besarlo, decirle cosas bellas al oído y llenarse de su aroma. Harry había hecho lo mismo con el olor del alfa, además de consentir a sus ojos e imaginación con la imponente imagen de Louis vestido con sus impecables trajes.
Tan guapo.
¿Y qué decir de Andy?
Su relación con el pequeño cachorro sólo se fortalecía con cada día. Inclusive algunos de los otros cachorros habían llegado a expresar sus celos por lo cercano que Andy se había vuelto a él.
No era solo el hecho de que lo arrullara en cada siesta o que el pequeño se pegara a él en cada actividad que realizaban en la guardería, sino que también había que resaltar la forma en la que Andy lo miraba, con cariño, admiración y calidez.
Y si Harry ya desde antes amaba su trabajo y su labor como mentor y amigo de los cachorritos, ahora que Andy iba incluido en el paquete, su amor sólo había logrado crecer muchísimo más. Ya no concebía imaginarse un día sin convivir con el bebé.
Así que definitivamente lo extrañará este día.
—Es un poco difícil decidirse sobre qué usar si no sabes el lugar a dónde te llevarán, y ya que don misterio quiere que sea una sorpresa creo que entonces deberíamos basarnos en el clima y en las expectativas para esta ocasión. —Concluye Niall poniéndose de pie y yendo hacia su amigo, le quita la blusa que traía en las manos y la analiza—. Demasiado formal. —La arroja al montón de ropa descartada—. No vas a una entrevista de trabajo, cariño.
—Siento que me estoy quedando sin opciones. —Exclama frustrado, ¿cuál es siquiera el código de vestimenta para una cita a solas con un alfa? —Creo que me confié, debí haber ido a comprarme algo para este día.
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Kiwi // L.S
RomanceHarry es un lindo omega y dueño de una guardería, él vive intentando compensar el dolor de su corazón entregando su vida al cuidado de pequeños cachorros. ¿Un omega defectuoso? No puede más que soñar con la idea de una vida feliz. Pero Louis es un...