Harry arruga la nota apenas y ha terminado de leerla, haciéndola bola y arrojándola al bote por debajo de su escritorio.
Siente su corazón incrementando en palpitaciones, su respiración irregular, la piel con escalofríos y sus manos temblorosas. Son signos familiares a él, los reconoce con facilidad porque así era como solía ponerse antes, cuando todo era tan reciente, cuando lo habían dado de alta del hospital...
Necesita calmarse, no puede permitirse a sí mismo que sus ataques vuelvan a ocurrir, ya no. Luchó demasiado para estar bien y para no derrumbarse ante cualquier recuerdo de su relación con ese alfa.
Harry lo maldice en su cabeza, ¿por qué tiene que seguir jediéndole la existencia? ¿Por qué justo ahora? ¿Qué demonios pretende mandándole ese pañuelo junto con esa nota?
Son muchas preguntas que no están ayudándole a tranquilizarse, pero si de algo está seguro es que ese es otro de sus intentos por llamar su atención, Robert lo intentó semanas atrás con una llamada y ahora lo está haciendo mediante correo. Y no sabe de qué artimañas se habrá valido porque la orden de restricción le impide acercarse a él, es por eso por lo que el alfa busca lograr que el omega sea quien rompa ese acuerdo.
Harry se talla los ojos para alejar las lágrimas y se pasa las manos por su cabello para recomponerse, toma aire un par de veces y guarda el maldito pañuelo en uno de los cajones.
Casi como si hubiera dado la indicación de que todo podía continuar, alguien toca la puerta.
Es Niall.
Y detrás suyo, Troye.
—Hola Harry —Niall saluda y le indica a Troye que pase—. Bueno, los dejo. Estaré al pendiente por si necesitas cualquier cosa, Harry.
—Gracias, Ni.
Su mejor amigo los deja solos y Harry traga algo de saliva, Troye le observa, a la espera de alguna indicación. La tensión podría cortarse con un cuchillo. ¿Por qué siempre le toca lidiar con cosas tan incomodas?
—Troye —le sonríe con pocas ganas—, perdona si me quedé mudo por un momento, comprenderás que no esperaba tu visita en absoluto.
—Lo sé, y espero de verdad no incomodarte ni causarte problemas. Apenas y nos vimos el día de ayer bajo circunstancias muy... inusuales, así que realmente no tuvimos de conocernos. Soy Troye Sivan.
Harry acepta su mano y la estrecha con amabilidad. —Harry Styles. —Ambos intercambian una sonrisa un poco más natural—. Toma asiento, Troye. ¿Quieres tomar algo? ¿Agua, refresco, jugo... leche de chocolate? —bromea y provoca una risita en Troye.
—Esa última opción me convencía más pero, no quiero quitársela a los cachorros. Así estoy bien, gracias, Harry. Honestamente no quiero ocupar demasiado de tu tiempo, con esta guardería a cargo, debes ser alguien muy ocupado.
—A veces —admite—, pero tengo al mejor equipo conmigo, sin ellos, este lugar no sería lo que es. No podría dirigirlo solo.
—Me imagino. —Troye carraspea y maniobra con su bolso sobre su regazo, es notable su nerviosismo—. Supongo que ya sabrás la razón por la que estoy aquí. Y no, Louis no sabe nada de esto.
—¿Cómo es que diste con este lugar? —Harry inquiere—. No me digas que-
—Sí. —El omega admite algo apenado—. Recurrí al antiguo y vergonzoso método de decirle a un taxi que los siguiera. Sospechaba que Louis dejaba a Andy en alguna guardería, pero lo que sí no esperaba es que tú fueses quien está a cargo aquí. —Harry se encoge de hombros y Troye exhala—. Aunque ahora tiene algo de sentido... así fue como conociste a Louis ¿no?
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Kiwi // L.S
RomanceHarry es un lindo omega y dueño de una guardería, él vive intentando compensar el dolor de su corazón entregando su vida al cuidado de pequeños cachorros. ¿Un omega defectuoso? No puede más que soñar con la idea de una vida feliz. Pero Louis es un...