Capítulo 4

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Es miércoles por la mañana, está lloviendo y Harry no podría sentirse más a gusto. Da un sorbo a su chocolate caliente, aprovechando para inhalar un poco el ligero sabor picante de la canela y agarrando uno de los pequeños bombones blancos para mordisquearlo.

Delicioso. Hay un cliché detrás de todo el tema de "saborear una bebida caliente en un día nublado y frío mientras observas la lluvia cayendo a través de la ventana.", pero para Harry esas cosas realmente lo hacen sentir mejor, a veces el mero clima de la mañana puede influir en su estado de humor.

Desde el lunes que regresó a la guardería, su corazón no había dejado de inflarse y dar rebotes, no sólo por pasar el tiempo haciendo lo que más ama sino porque se había encontrado con una nueva personita que lo llenaba de dicha.

Andy. El cachorro Tomlinson al que los demás llamaban aislado, terminó siendo todo menos tímido con él.

El martes, Andy había avanzado otro paso más en cuestiones de confianza y convivencia. Seguía un poco renuente a convivir con los otros pequeños, pero Harry había notado que, si él le pedía que fuese a jugar con ellos, Andy lo hacía, de verdad lo intentaba.

Así al menos había conseguido que el alfa platicara con ellos sobre sus peluches favoritos y que dibujara junto con ellos la actividad del día: "Mi peluche favorito es un ______ y se llama ________."

El dibujo de Andy había resultado en uno de un conejo con grandes orejas al que llama Lots en honor a que su tía Lottie fue quien se lo obsequió, el bebé explicó que siempre duerme con él y que seguirá siendo su favorito al menos hasta que su papá le consiga el de Winnie Pooh que tanto desea.

La conversación con el misterioso padre, Louis, sigue en pendiente, pero Harry se había tranquilizado bastante al tener ya una fecha para ello. Lottie le había dicho que Louis acudiría al lugar el viernes de esa misma semana por la tarde, así también aprovecharía para ser él quien recogiese a Andy ese día.

Harry se había tomado incluso el tiempo de anotar los puntos por cubrir en su conversación con el señor Tomlinson en su agenda decorada con algunos de los personajes de la serie del mismo osito amarillo. Todo para que no se le fuese a olvidar nada.

A pesar del impresionante avance de Andy con respecto a cómo se comportaba antes de que él volviese, aún hay cosas y detalles que tiene que aclarar, necesita obtener el contexto de todo, siempre hay cosas que parecen no tener importancia, pero al final resultan contener justo la pieza faltante para terminar de entender el comportamiento de alguien.

El resto del día anterior había sido igual de maravilloso que el lunes, Andy le comentó que su papá le había permitido comerse el bombón obsequiado por él y que también había visto Winnie Pooh con él en la sala hasta que se había quedado dormido.

"Mi papi tuvo tiempo para mi y mientras veíamos la televisión me abrazó mucho. Pude dormir más, Harry. ¿Crees que hoy papi haga lo mismo?"

La respuesta la obtendría ese día, llegó con una hora de anticipación a la guardería para poder poner en orden algunos papeles y pagos por hacer, así que los pequeños aún no llegaban.

Harry había recibido una llamada de su madre para preguntarle cómo se estaba sintiendo y si acaso ese hombre había intentado ponerse en contacto con él... el omega le había reafirmado que afortunadamente, él ya no podría hacerle más daño y que desde el cambio de número de teléfono, este ya no había logrado establecer contacto.

La última vez la pasó muy mal, no porque lo viese ni nada, sino por las dolorosas memorias que le trajo y que, aún lo atormentan cuando tiene pesadillas.

Kiwi // L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora