Capitulo 7

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Entro a la habitación que comparto con Laura y espero verla, pero extrañamente la soledad en la misma es la que que me saluda tras cerrar la puerta, suspiro con exasperación.

El trabajo los últimos meses me ha consumido tanto que yo y Laura nos hemos vuelto dos extraños en la cama, los cuales solo se ven en las noches para coger.

No sé en que momento llegamos a este punto, ya no nos comunicamos, nuestro matrimonio está callendo en picada.

Pero tengo planeado hacerle una cena, llevármela de crucero, pasar tiempo solos y recuperar lo que teníamos, no estoy dispuesto a que sigamos así, no voy a perderla.

Recorro la habitación con los ojos y me llama la atención un papel en blanco sobre mi lado de la cama, lo agarro y reconozco la letra en la que mi nombre escrito en negro mancha la blancura del papel.

Lo abro y comienzo a leer las líneas escritas por mi mujer:

"Alessandro, perdóname, pero no estoy dispuesta a seguir en una relación en la que parece que más que tu mujer soy tu puta"
                                     Laura.

La mar de lágrimas mojan el papel medio arrugado en mi mano, no puedo culparla por haberse cansado de mi, ciertamente ers algo que ya veía venir, pero aún así no deja de dolerme como la recontramierda.

Buscarla no es opción, Laura tiene la habilidad de ocultarse si no desea ser encontrada, más, no tengo derecho de  buscarla y pedirle alguna explicación, mucho menos reclamarle u obligarla a regresar a mi lado.

Estoy solo

Justo como antes de que ella llegara a mi vida.

—¡No te vallas Laura!—Digo despertándome de forma brusca, mi pecho sube y baja y una capa de sudor se ha formado en mi frente.—

El peso a mi lado se mueve levantándose y quedando sentada a mi lado.

—¡Hey, tranquilo!—Me dice la voz medio ronca por el sueño de la que aún es mi esposa.—¡Solo fue una pesadilla! Yo estoy aquí.—

No fue solo una pesadilla.

Fue el recuerdo del peor día de mi vida desde que tengo memoria.

Mi peor pasilla se había vuelto realidad.

Atrapó su rostro con mis manos sin dudar y veo como se sorprende un poco ante mi acción pero no hace nada para cambiarla.

—Prométeme que no te vas a ir de nuevo.—Le digo y miro sus ojos casi verdes en busca de que ellos me den la respuesta que tanto anhelo.—¡Prométemelo!—Ordeno una vez más.—

—¡Te lo prometo!—

Sonrío sin poder evitarlo y muerdo mi labio inferior antes de besarla, se sobresalta pero me responde el beso con deseo mutuo.

Mis manos pasean por su cuerpo atrayendola más a mi dejándola frente a frente y ya siento como los pantalones me estorban enormemente.

Mi lengua se abre paso entre su boca, saboreando cada parte de la misma hasta comenzar a juguetear con su lengua.

Sus manos recorren mis brazos, espalda y pecho tocando cada músculo de ellos y ni me molesto en quitarle la ropa cuando ya estoy encima de ella con la polla en la mano lista para penetrarla.

Alzo su vestido separando sus piernas y hechando a un lado sus bragas permitiéndome ver  la humedad en ella y lo abierta que está lista para que la coja como hace tiempo no lo hago.

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