Capitulo 18

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Le doy un pequeño asentimiento a Sonia intentando liberar la tensión en el ambiente, pero no tardo en arrepentirme por haberle hecho ese pequeño gesto.

—Bien ahora me dirás ¿quién carajos te crees para secuestrar a mi hijo y hacerte pasar por su madre al llegar aquí?—Dice en un tono para nada bajo  y mis ganas de torturarla hasta que me ruegue por su muerte llenan mi pecho.—

Se que este no es ni el momento ni el lugar para ponerla en su lugar de zorra, pero quien me busca me encuentra.

Me encantaría contarle esa lengua tan asquerosa que tiene.

Realmente no entiendo como un niño tan dulce como Vladimir puede ser hijo de esa puta asquerosa.

Sigues jusgandola sin conocerla.

Cállate subconsciente que en estos momentos no estoy para tus teorías de dudosa procedencia.

Genial, he vuelto a discutir internamente conmigo misma.

—Mira, creo que estas un poco nerviosa y lo que en realidad me estas queriendo decir es Gracias por no dejar morir a mi hijo y traerlo al hospital y después donarle tu sangre querida.—Entrecierro los ojos.—

—No, de hecho, dije exactamente lo que quería decir igualada.—

—Pues que clase de madre se preocupa por esa clase de tonterías antes de la salud de su hijo, deberías de definir tus prioridades.—

Alessandro me da un apretón en la cintura como señal de que no siga por ese camino, ya que el conoce el genio que me cargo.

—Ya está las dos, Sonia, cállate de una buena vez, mi esposa tiene razón no es el momento, ni el lugar.—

Ahora es cuando me siento como toda una perra empoderada porque Alessandro me apoya a mi.

—¿Defiendes a la perra que secuestró a nuestro hijo?—Inquiere y en verdad deseo arrancarle la lengua.—

—Defiendo a mi esposa y la mujer que acaba de salvarle la vida a tu hijo asique deja de insultarla porque para ser perra ya estás tú.—

Esas palabras si que logran sorprenderme, aunque a veces Alessandro suele tener menos filtro incluso que yo misma.

—¡Laura!—El momento tensional es interrumpido por la voz de Tiffany logrando que toda la atención valla hacia ella.—

—¡Tiffany!—Me acerco a ella

Hago el intento de abrazar a mi mejor amiga, pero la muy perra maldita en vez de aceptarme el abrazo me aparta.

—Ahora es un buen momento para que hablemos y me expliques que mierdas haces en un jodido hospital cuando yo te veo con todas tus extremidades completas.—

—Familiares del menor Vladimir Lovicov.—

Esas palabras captan absolutamente toda mi atención, dejando dos conversaciones pendientes, una con mi mejor amiga y otra con el niño que me causa demasiada curiosidad y ternura.

—Soy su madre.—Dice Sonia y la enfermera la mira extraño.—

—Tenía entendido que usted era su madre, más la transfusión que le hizo...—Me habla a mi.—

—¿Acaso no escuchaste que su madre soy yo?—Dice de mala gana Sonia.—

—Cállate y deja hablar en la enfermera.—Interviene Alessandro.—

Eso le sorprende hasta a la enfermera, Tiffany no oculta su sonrisa y yo la miro por encima del hombro antes de darle un asentimiento a la enfermera para que hable.

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